Permíteme que en esta ocasión empiece por el final, por esa imagen que he colocado de cabecera y que resume la primera batida de jabalí en este arranque de temporada. Y empiezo por atrás porque me encanta la foto y porque, donde muchos dicen que cazar es matar, unos pocos, los que estamos en ello, somos conscientes de que la venatoria va mucho más allá y para muestra un botón, solo hay que observar el semblante sonriente que delata una buena jornada de campo, cargada de sensaciones, emociones, tensión, esfuerzo, lances, ladras, perros, aciertos y fallos, a pesar de volver a casa con una exigua percha. Y dicho esto, ahora si, te cuento cómo discurrió la batida de jabalí en Cabuérniga, concretamente, en el lote de La Cotera.
¡Vamos al lío!
Índice de contenidos
Estreno jabalinero en los montes de Cabuérniga
Quedamos en el Restaurante El Roblón, en Renedo de Cabuérniga, que merece la pena hacerle publicidad porque nos trataron fenomenal abriendo sus puertas a las 07:00 AM para recibirnos, asi que, no dudes en visitarlo…
Pero se me pasó captar unas cuantas instantáneas del momento, seguramente porque estaba dormido tras pasar casi toda la noche en vela.
Nervios cinegéticos, ya sabes…
Un café (El mío se lo debo a Ceci), una entretenida charla, pero todos con mascarilla, siendo responsables y dando ejemplo.
El sorteo de rigor, solo que esta vez por coches para no mezclarnos y seguir siendo responsables, todo un acierto de Guti, el Jefe de Cuadrilla.
Y con el puesto 13 en suertes, me monté en el coche para seguir a mi armada hasta el Canal de Araos, un paso muy querencioso de jabalíes, me dijeron.
Un bonito puesto con vistas a la regatada…
Caminamos juntos hasta el puesto y después de fijarme en la ubicación del tiro anterior y del siguiente, busqué el mejor enclave para atrincherarme.
La regatada quedaba en el fondo de una vaguada y supuse que por allí pasarían los bichos a toda velocidad impulsados por la caída de la loma del otro costado, dejándome un disparo más complejo, de modo que decidí encaramarme al otro lado, en lo alto de la pendiente y pensé…
Si al jabalí le cuesta la mitad que a mí ascender, tengo tiempo de apuntarle con tranquilidad…
Para todo esto, se había pasado un raposo por mi postura medio minuto antes…
¡Hoy pelamos jabalí! – Volví a pensar…
Primer lance en esta batida de jabalí en Cantabria.
No tardó la emisora en avisar del levante de cuatro jabalíes y otra vez la armónica ladra de sabuesos y grifones me brindó un espectáculo del que no sólo no me canso, sino que cada vez me resulta más espectacular.
Ambientado por la boscosidad del monte, no hay orquesta que lo iguale y si a esto le sumas la creciente tensión del teórico lance que se avecina…
Un lance que resolvió Luciano con gran acierto para cobrar el primer animal de la temporada en esta batida de jabalí en Cabuérniga.
Un premio de 70 kilos aproximadamente que seguro le dejó un sabor victorioso…
¡No hay mejor forma de empezar!.
Un astuto jabalí que no dudó en jugárnosla…
Chirimiri continuo, lluvia a ratos y aunque no hacía excesivo frío, la quietud del puesto iba restando grados ambientales hasta obligarme a poner braga, gorro y porque no tenía más recursos en la mochila.
De paso, una jauría de bichitos blancos voladores (Supuestamente, mosquitos), se entretenían jugando a la diana conmigo y no debieron fallar ni un solo dardo…
¡Cómo picaban!
Entre tanto discurría la batida de jabalí en Cabuérniga, con nuevos avisos de radio, algún que otro avistamiento y renovada emoción cuando los perros perseguían Canal arriba a un jabalí que sin embargo, ninguno logramos ver y que debió terminar colándose entre el puesto 19 y 20.
Gajes del oficio…
Segundo lance de la batida de jabalí en Cabuérniga.
Volvieron las hostilidades con un nuevo levante de los perros que puso en tensión a los postores del cementerio.
¡Atentos, atentos los del cementerio! – Cantaba Guti por la emisora.
Y atentos debieron estar porque minutos después se escuchaba la voz triunfante de Edu anunciando que había abatido el segundo jabalí de la mañana.
Luego me contó que lo había seguido y apuntado bastante tiempo, pero que no terminaba de mostrarse por completo entre tanto helecho y ya cuando se alejaba, tuvo el acierto y la finura de alcanzarle un balazo con su Bergara 30.06 en el costado trasero que lo dejó seco en el instante.
Debió rodar varios metros ladera abajo hasta que llegaron los perros a cobrar su merecido premio y ya les imagino aún más satisfechos que al propio autor del disparo.
Una berrea emocionante…
Había empezado de forma tan ilusionaste esta batida de jabalí en Cabuérniga que nada hacía presagiar el estado de standby que nos acompañó en las siguientes horas.
Prácticamente en silencio, sin nuevos levantes, más allá de algún aviso esporádico de los que te hace abandonar el estado de hibernación y sobrellevando como podíamos el frío y el agua que no cesó un solo instante hasta la finalización de la jornada.
A cambio y por suerte, el constante berreo de los venados amenizaba la espera y aunque no llegué a verlos, solo por escucharlos ya merecía la pena estar esa mañana en los montes de La Cotera.
Y qué paisajes nos regala el Saja… ¡Cantabria me pone!
Cambio de zona y nuevo levante…
Sobre las 14:00h decidimos cambiar de zona, con todo lo que eso implica: Recogida de perros, cambio de posturas, bajar el monte y volver a subirlo…
Y la nueva hora de cierre (16:00h) acechaba, lo que deparó en un “voy que no voy, que para qué he venido si no es a cazar, asi que venga todos para arriba a aprovechar lo que nos queda”.
Y eso hicimos, cazar.
Un poco de aquella manera en realidad, tirando la línea y ocupando los espacios sobre la marcha, pero había que ser ágiles pues el tiempo no nos daba más opciones.
Las suficientes en cualquier caso para mover un nuevo jabalí que sin embargo, no terminó de plasmarse en el tercer lance de la jornada y con las mismas, recogimos los bártulos y nuevamente para abajo.
Poco premio para una bonita cacería de jabalí en la Reserva del Saja…
Y ahora que estoy llegando al final, vuelvo al principio y te invito a que revises la foto de cabecera.
Verás a la Cuadrilla 136 después de pegarse un buen madrugón (Eso los que consiguieron dormir algo) y sobrellevar 7 horas en el monte mojándose, para volver a casa con una escueta percha, transmitir un semblante de satisfacción, de compadreo, de ilusión… ¡De caza!.
Resumiendo… Alrededor de 30 cazadores, dos solitarios jabalíes y todos satisfechos…
Ahora que vengan a contarnos que cazar es matar…
¡Larga vida a la Cuadrilla 136!
¡Un abrazo y al monte!
Seguro que tienes mucho que aportar y estamos deseando escucharlo, así que te animo a que dejes un comentario en el formulario con tu opinión.
Y si te ha gustado este post sobre la primera batida de jabalí en Cabuérniga, puedes compartirlo en tus redes sociales desde los botones que encontrarás al final del artículo.

Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.
Muy buenas :
Comentas que no te cansas , si no todo lo contrario de escuchar las ladras en el monte y de sentir la emocion de un posible lance . . . . . Te felicito . Eso es la caza . El disparo es el inevitable final del lance , pero nada comparable a todo lo anterior , desde el mismo sorteo y las migas con los amigos hasta como dices la ladra de un perro .
Encantado con tu Blog .
Mis saludos cordiales .
Asi es Jose y qué difícil es poner en palabras esas vivencias intangibles, que nos generan el aliciente para volver al fin de semana siguiente con ánimos renovados.
Tan difíciles de plasmar, como parece de entender por aquel que critica una actividad sin conocimiento alguno de lo que en ella ocurre…
Si nos acompañasen algún día, aunque solo fuese por probar, cuántas dagas afiladas volverían a conocer su funda…
Muchas gracias por tus palabras Jose, un abrazo y al monte!