Va a tener razón mi buen amigo Gorka Serbal con aquello de que el calibre 20 está reservado a unos pocos privilegiados, porque llevo meses buscando lo que soy incapaz de encontrar: ¡Una escopeta del calibre 20 decente!
Índice de contenidos
¿Está difícil lo del calibre 20, no?
Desde que probé por primera vez aquella Beretta del 20 no me he podido liberar de ese “run run” de los calibres pequeños, en parte por lo agradable y exigente que me resultó la experiencia, pero también, para que nos vamos a engañar, por la persistencia casi machacona de ese adalid al que solo le falta concebir una presentación formal al estilo Antonio Recio: “Gorka Serbal, cazador, no disparo con el 12”.
El caso es que llevo un año largo mirando un día si, otro también, a ver si encuentro esa escopeta del 20 que me llene la vista y no me vacíe la cartera, para empezar a disfrutar de ella, pero no hay cojones, hablando mal y pronto.
Debo decir que al principio miraba de mentirijillas porque seguía resistiéndome a cambiar aquella Benelli Premium Superligera que manejaba con los ojos cerrados y que hoy hecho menos en falta de lo que hubiese imaginado.
Pero este pasado septiembre, cuando renové mi armero por completo, cuando realmente era el momento de apostar y cambiar al calibre 20, tuve que volver a inclinarme por el 12 ante la falta de opciones interesantes.
Y así, como sabes, cambié mi querida Benelli por una Bettinsoli de acento asturiano, con la que debo decir que estoy encantado y aproveché una buena oferta para comprarme otra superpuesta, también Bettinsoli, pero con cañón de 66.
Escaso mercado de escopetas del calibre 20 de segunda mano
Bien es cierto que quizás soy muy puntilloso a la hora de elegir una escopeta, aunque sea de segunda mano y esto limita mis opciones.
Primero me tiene entrar por la vista y eso implica que debe ser bonita y estar bien conservada.
Después me tiene que resultar cómoda, me gusta llevarla al hombro “sin mirar” y de forma mecánica y esto requiere de probarla o como mínimo, cogerla entre las manos, lo que complica la opción de comprar a distancia.
Y claro, debe ser superpuesta.
Nunca fui capaz de acostumbrarme al punto de mira flanqueado de las paralelas y no quiero volver a ver una repetidora ni en pintura.
Pero es que sin aplicar ninguno de esos filtros, me sorprende la escasez de escopetas del calibre 20 que hay de segunda mano.
Y las que encuentras, tan pronto como aparecen, se desvanecen como un leve suspiro…
Incluso es difícil encontrar escopetas del calibre 20 nuevas
Como el mercado de segunda mano negaba mis intereses, me puse a ojear los modelos nuevos que ofrecían las tiendas especializadas a través de sus respectivas páginas web.
Creo que en la pestaña de favoritos de mi navegador he llegado a agrupar hasta la última armería del País y algún calibre 20 encuentras, pocos, sin alardes, pero en cuanto separas la paja del grano y quitas repetidoras, que son la mayoría, cañones rayados, que no me gustan, cañones muy cortos o extra largos, te quedas con alguna Beretta, muy bonitas, pero muy caras o con marcas que serán formidables, pero que ni conozco, ni había escuchado jamás.
De hecho, ninguna de las armerías que tengo cerca disponía de un solo modelo del calibre 20.
Del 28 o del 410, ni hablamos, por supuesto…
¿Es cuestión de baja aceptación o es que a los armeros les cuesta apostar por este tipo de calibres?.
No sé, ya me darás tu opinión…
Sea como fuere, en la próxima Media Veda estreno calibre 20…
El problema es que me he empecinado y cuando algo se me mete entre ceja y ceja…
Y de paso, a ver si algún armero toma buena nota y amplía su catálogo con más opciones, no solo del calibre 20, también del resto de gamas chicas, que por tamaño, no ocupan casi espacio… 😉
¡Un abrazo y al monte!
Seguro que tienes mucho que aportar y estamos deseando escucharlo, así que te animo a que dejes un comentario en el formulario con tu opinión.
Y si te ha gustado este post sobre la escasez de escopetas del calibre 20, puedes compartirlo en tus redes sociales desde los botones que encontrarás al final del artículo.

Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.