«Los mejores perros siempre tienen los mismos dueños». Seguro que has escuchado en multitud ocasiones esta frase tan típica, como verídica, pues no responde a ninguna casualidad del destino.
Hay cazadores que siempre tienen buenos perros y cuyo único secreto es su capacidad de proveer al can los suficientes lances y experiencias para que termine de explotar sus cualidades cinegéticas.
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Los mejores perros siempre tienen los mismos dueños
Como decía en la introducción, esta frase la he escuchado en tantísimas ocasiones que me parece tenerla grabada a fuego en mi memoria y seguro que a ti también te suena de algo.
Además estaremos de acuerdo en que no se trata de ninguna casualidad.
Hay cazadores que siempre tienen buenos perros y aunque el inexorable paso del tiempo les obligue a ir renovando a sus compañeros de jornada, con frecuencia terminan disfrutando de buenos especialistas, con los que además forman un binomio formidable.
¿El secreto?. Entre otras cosas, su habilidad, jerarquía y capacidad para entender la caza, cualidades que están directamente relacionadas con el número de lances que experimentará el perro.
Porque el perro nace, pero sobre todo, se hace.
El perro nace, pero sobre todo, se hace…
Siempre he pensado que después de tantos años de evolución, con razas cinegéticas depuradas al máximo, es raro el perro que no caza.
Otra cosa es que lo haga en la forma y tiempo que a ti te gusta.
Pero es difícil ver un setter, un braco o un pointer sin instinto de caza, sin afición y que no ofrezca unas prestaciones mínimas en el campo.
Es más, pienso que ahora mismo es relativamente sencillo hacernos de un cachorro con gran potencial.
Otra historia es que sea capaz de desarrollarlo y elevarlo a su cénit, pues es ahí donde ofrecerá su mejor versión y donde podremos empezar a considerarlo un perro de caza de élite.
Y es en esa curva de aprendizaje, en esa evolución, donde el tutor tiene mucho que decir y a menudo marca la diferencia entre lo convencional y lo excelente.
Esos cazadores experimentados, que respiran caza por los cuatro costados, que viven el monte con la mayor intensidad, que conocen a sus animales, que saben motivar los instintos del perro, que ponen gran dedicación en su adiestramiento, que son capaces de perder capturas y pasar jornadas en blanco por el simple objetivo de potenciar las aptitudes del cachorro…
Esos cazadores que siempre tienen buenos perros, porque tienen la paciencia necesaria con ellos, saben gestionar los tiempos, exigirles solo cuando toca y llevarlos una y otra vez al único escenario en el que pueden aprender y meterse en caza, que no es otro que el monte.
No es una cuestión de dinero
Por desgracia, hay muchos que piensan que hacerse con un buen perro de caza es cuestión de dinero, de sacar la billetera y poner encima de la mesa los verdes que hagan falta.
Y de ese modo lo intentan un año, al siguiente y otra vez y venga…
Hasta que un día tienen suerte, porque de vez en cuando la tienen y el perro sale bueno o buenísimo, aunque ninguna de sus cualidades respondan a la buena mano de su nuevo propietario.
Porque del mismo modo que hay cazadores que siempre tienen buenos perros, también los hay que ofreciéndoles el mejor del mundo, no serán capaces de extraerle rendimiento y lo echarán a perder.
Tampoco del afijo del que provenga
No tengo nada en contra de los afijos, absolutamente nada, pero debo reconocer que unos apellidos largos y pomposos no me garantizan nada si no conozco a sus padres.
Y aún así, cuando un perro despunta o gana según qué campeonatos, es increíble la capacidad que adquiere para multiplicarse…
Igual que los panes y los peces, empiezan a surgir camadas bajo su apellido que resulta un verdadero milagro y oye, llámame incrédulo si quieres, pero…
En otros casos te llama la atención que un compañero poco activo en RR.SS empieza a subir fotos y vídeos de su perro en muestra, cazando, cobrando una pieza… Y un mes después, cruce al canto y “solo me quedan dos cachorros disponibles”…
Por eso no creo que sea significativa la procedencia del can, salvo que conozcas a los padres y hayas tenido oportunidad de verlos en acción.
Y aún así, solo tienes la genética, el potencial, el resto, hay que motivarlo y como decía, no todos lo logramos con el mismo éxito.
Cazadores que siempre tienen buenos perros
Como cazadores, no siempre somos capaces de hacer autocrítica. Lo fácil es cargar las culpas al perro y lamentarnos por nuestra mala suerte.
Pero la realidad es que tenemos un gran impacto en su desarrollo, hasta el punto de que conozco amigos con una mano espectacular para ellos, que pasan los años y siempre tienen canelita en rama a su lado, muy buenos perros de caza que se han hecho en el monte y a base de experiencias.
Y de ellos hay que aprender, si algún día queremos igualar su éxito.
¡Un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.