No es un domingo cualquiera, es un domingo de contrapasa de becadas 2020 y aquí estoy, puntual a la cita con unas sordas que no han tenido vergüenza alguna en darme plantón.
Tampoco es nada nuevo, ninguno de los anteriores fue más prolífico en avistamientos, sin embargo este es especial, pues como en otras tantas ocasiones, me acompañan los míos y cualquier excusa es buena para disfrutar de la plenitud del monte en familia.
Índice de contenidos
La última escapada de contrapasa de becadas 2020 en familia
Esta vez éramos manada entre humanos y perros. Cuatro de cada lado, con la soberana realidad de un monte sin becadas, pero agarrados a la excusa del “quien sabe”, como si nos hiciese falta buscar una para salir a disfrutar de eso que tanto nos reconforta.
Niños y adultos, cachorros y veteranos, todos con la ilusión intacta, cada uno la suya y a su manera.
La mía era sencilla, tan sencilla como ver a los míos cerca, rodeados de esos parajes de privilegio que nos concede el monte cada vez que lo pisamos.
Con o sin becadas…
No encontramos sorpresa, no había sordas, como no las hubo en ninguna de las jornadas de esta contrapasa de becadas 2020.
Pocas o muchas, se esfumaron con la veda y quien sabe dónde fueron a parar.
Pero aunque la cámara del móvil no registró lance alguno, si captó otras muchas instantáneas, tan bellas como la mejor de las muestras, tan positivas y esperanzadoras como ver disfrutar a mis hijas entre los muchos recovecos del monte.
A su ritmo claro, salvando los obstáculos con más o menos apuros, pero con ese empuje innato de intentar seguir a los perros, a sus perros.
Un legado de padres a hijos
Siempre me pareció que la soledad del monte es iluminadora, reconfortante y casi filosófica.
Esos pequeños placeres como sentarte en el alto de una loma, viendo la tierra en perspectiva, bajo ese bello paraje natural que te envuelve, disfrutando la carencia de ruidos y extraños, con el solo rumor del viento, ausente en tus pensamientos, a veces soñadores, en otras no tanto.
Pero cuando los compartes con aquellos que quieres, las sensaciones se multiplican, pues hay gran argumento en esas miradas y silencios cómplices.
Definitivamente, qué grato es cazar en familia y qué orgulloso estoy de ese legado que están recogiendo.
¡Un abrazo y al monte!
Seguro que tienes mucho que aportar y estamos deseando escucharlo, así que te animo a que dejes un comentario en el formulario con tu opinión.
Y si te ha gustado este post sobre mi última escapada en familia de esta contrapasa de becadas 2020, puedes compartirlo en tus redes sociales desde los botones que encontrarás al final del artículo.

Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.
No es nada nuevo el decirte la suerte que tienes amigo, una suerte que valoras como el hombre sabio que eres, gran familia reunida en un paraje espectacular.
Un abrazaco de Lobo a tod@s.
Cómo lo sabes . Un abrazo maestro