Supongo que es difícil para nosotros tener un joven en ciernes y no mostrar cierto ansia por llevarlo al monte a testar sus cualidades, pero la edad para sacar a un cachorro de caza, así como los resultados que le podamos exigir, requieren paciencia, pues de otro modo, corremos el riesgo de cargarnos al perro.
Vaya por delante que no soy adiestrador, por lo que tampoco va en mi ánimo ofrecer lecciones de adiestramiento.
Únicamente soy un cazador más, que siempre ha estado rodeado de perros y en base a esas experiencias, voy a compartir contigo mi opinión sobre cómo iniciarlos y la mejor edad para sacar a un cachorro de caza.
Índice de contenidos
- 1 Vayamos sin prisas con nuestros cachorros
- 2 Cómo y con quién sacar a nuestros cachorros al monte
- 3 Perros cómodos, perro segundones
- 4 Mejor edad para sacar a un cachorro de caza
- 5 Con cuatro y cinco meses, me parecen muy jóvenes para sacarlos al monte
- 6 ¿Qué pedirle a nuestros cachorros en sus primeras experiencias?
- 7 Conclusiones
Vayamos sin prisas con nuestros cachorros
En líneas generales y como dice el refrán, las prisas no son buenas consejeras y cuando hablamos de nuestros jóvenes auxiliares, mucho menos.
Siempre he tenido la sensación de que, salvo casos concretos, el perro se “estropea” por culpa del dueño y no por falta de condiciones venatorias.
Bien sea poniéndole en tiros cuando aún no está preparado, siendo excesivamente agresivo en su adiestramiento, pidiéndole más de lo que nos puede reportar por su juventud o adelantando en exceso la edad para sacar a un cachorro de caza.
Y principalmente, porque no prestamos atención a su punto de maduración fisiológico y psicológico.
Cómo y con quién sacar a nuestros cachorros al monte
En ocasiones porque no queremos traicionar los resultados de nuestra jornada de caza o sencillamente, porque entendemos que acompañando al veterano se beneficiará de su conocimiento, tendemos a sacar a nuestros cachorros junto a perros hechos y, en mí opinión, esto es un error.
Es posible que esta metodología conlleve algún aprendizaje para el cachorro, pero en líneas generales, ralentizará su instrucción, pues el cachorro necesita vivir sus propias experiencias.
A veces nos preguntamos cuántos lances necesita un cachorro para «cambiar el chip» y empezar a meterse en la caza y yo siempre digo que pocos.
Pero en esos pocos, él debe ser el protagonista. Él debe descubrir la emanación, mostrar el pájaro, cobrarlo…
Y lo que ocurre cuando acompaña a un perro veterano, es que sus opciones de protagonizar experiencias son mínimas.
Pues aunque pensemos lo contrario, nuestro veterano no lleva en la sangre una vocación docente, más bien al contrario, es posible que el joven auxiliar lo moleste en el ejercicio de la caza.
Por esto, lo ideal es sacarlos solos y que sean ellos mismos quienes, poco a poco, desarrollen sus instintos cinegéticos.
Perros cómodos, perro segundones
Otro de los problemas que nos puede generar sacar a un cachorro con un veterano, es que el primero se puede acostumbrar a vivir a la sombra del otro y acabar siendo un segundón o un gregario.
Y aquí hablo por experiencia, solo que mis errores me han permitido aprender de ellos.
Por edad, capacidad y jerarquía, normalmente será el veterano quien lleve la pauta en la jornada de caza y salvo que el cachorro sea tremendamente independiente, se acostumbrará a seguirlo.
Esto puede propiciar que esté más pendiente del veterano, porque sabe que encuentra caza, que de buscarla por si mismo y la fuerza de la costumbre le llevará a convertirse en un simple gregario.
Mejor edad para sacar a un cachorro de caza
Para entender cuál es la mejor edad para sacar a un cachorro de caza, yo creo que lo idóneo es prestar atención al ejemplar en concreto.
Al menos es lo que he hecho con Figo y Crono, mis dos jóvenes promesas, antes de reportarles sus primeras experiencias en el monte.
En su caso, fue a mediados de Diciembre, ya con 7 meses y después de muchos días de campeo en las fincas aledañas a mi casa.
Al principio en jornadas cortas, de hora y media como máximo, para evitar que se cayesen en el aburrimiento, pero sobre manera, porque a tan temprana edad, fisiológicamente no están hechos y un exceso de ejercicio puede determinarles problemas cuando sean adultos.
Y poco a poco, con paciencia, ampliando el tiempo, pero sin perder de vista que son cachorros aún por hacer.
Con cuatro y cinco meses, me parecen muy jóvenes para sacarlos al monte
Hay quien los lleva mucho antes, con cuatro y cinco meses.
Esto es algo que respeto, porque cada maestrillo tiene su librillo, pero no lo comparto.
Primero porque le podemos generar lesiones importantes al perro que lastren su futuro cinegético.
Y segundo, porque estamos empeñados en que un perro con seis meses tiene que hacer de todo y además, hacerlo fenomenal y en caso contrario, no vale para cazar.
Pero esto es un error de bulto y completamente absurdo.
Pues cada perro lleva su tiempo y que sea precoz, ni siquiera es indicativo de que vaya a ser bueno.
De hecho, su precocidad nos puede aportar indicios, pero con demasiada frecuencia, solo sirve para satisfacer nuestro ansia personal y presumir con los amigos de la muestra que ha hecho mi perrito con 6 meses.
¿Qué pedirle a nuestros cachorros en sus primeras experiencias?
La respuesta es sencilla… Nada.
Dejarlos correr, sentir, percibir, tantear y que poco a poco vayan descubriendo la trama de la película a base de experiencias de calidad que ellos mismos se generen.
Personalmente, si me fijo en la afición que tienen al monte, en lo mucho o poco que les cuesta adentrarse en zonas más cerradas y cosas por el estilo.
Pero sin obsesionarme demasiado, porque esto también es algo que demostrarán cuando se centren y entiendan «a lo que van».
Volviendo al ejemplo de Figo y Crono, son perros muy distintos.
Figo es más independiente, más eléctrico, más nervioso, más pasional, da gusto verlo campear, la traza que pone e incluso ha sido más precoz que su hermano.
Crono, por el contrario, es más tranquilo, tiene otro carácter, pero sin embargo, le veo un instinto muy agudizado hacia la caza y aunque también ha dejado muestras de su potencial en la pasada Media Veda, le ha costado un pelín más empezar a sacar lo que llevaba dentro.
¿Qué cuál de los dos será mejor?.
Eso nos lo dirá el tiempo, pues aunque provienen de muy buenas líneas y sobre todo, de padres especialistas en la caza de sorda, cada ejemplar lleva su ritmo.
Y además es clave que yo no cometa grandes errores con ellos…
Conclusiones
Paciencia, paciencia y más paciencia, así de sencillo.
Pues querer conseguir logros antes de tiempo no es sinónimo de nada y puede acabar en que nos carguemos al perro.
La mejor edad para sacar a un cachorro de caza es cuando veas que esté preparado y, desde luego, no puede dar el salto de su canil al monte.
Y aunque nos cueste sacrificar el morral, merece la pena que vivan sus experiencias en soledad, pues de ese modo, conseguiremos explotar todo el jugo que se les presupone.
¡Un abrazo y al monte!
No pretendo tener la razón en nada de lo que digo, por lo que te animo a que amplíes el contenido del artículo con tu opinión y experiencia.
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.