Es hora de aparcar nuestra pasividad y unificar fuerzas en defensa de la caza.
Es hora de buscar el compromiso común que nos permita frenar el enorme desgaste que acucia nuestra actividad y los vergonzosos ataques que sufre nuestro colectivo.
Se tiene que acabar el silencio, no podemos seguir quedándonos a la expectativa, porque juntos somos más fuertes y debemos lograr que esa fortaleza prevalezca.
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Juntos somos más fuertes
Si realmente amamos nuestra actividad, si en verdad paseamos orgullosos nuestra condición de cazadores, si queremos seguir disfrutando del monte y que nuestros hijos puedan hacer lo propio, es momento de echar a un lado nuestras diferencias, dejar de mirarnos el ombligo y poner toda la carne en el asador en defensa de la caza.
Un millón de cazadores federados tenemos mucho que decir.
Y otros muchísimos aficionados, que no necesariamente responden al ámbito federativo, deben respaldar la enmienda.
Ejerzamos de cazadores en todas las facetas de la vida y contribuyamos a poner freno a las agresivas oleadas de odio que vulneran nuestro derecho y bienestar.
¡Despierta cazador, juntos somos más fuertes!
Se acabó el silencio
Hasta ahora hemos puesto la otra mejilla ante el constante acoso de animalistas y anti-caza.
Quizás por evadirnos de esos debates negativos cargados de odio y vejaciones.
Pero les hemos regalado mucho espacio que ahora debemos recuperar.
Difundir la cultura cinegética no debe solaparse con cuestionar a todo aquel que nos ataca sin mayor razón que pensar de forma diferente o mantener intereses contrapuestos.
Esto no implica que debamos rebatir sus argumentos con más insultos, sino que, desde el respeto y el saber estar, salgamos al paso de esas acusaciones inquisidoras que nos regalan, poniendo en relieve, gracias al conocimiento y a la ciencia, qué juicios son verídicos y cuáles no.
Pues la sociedad, ese juez neutral que nos observa, debe conocer lo que hacemos por la fauna y la flora, necesita entender cuál es la verdadera esencia de la caza y los motivos que la convierten en una actividad necesaria.
Pero también es importante poner en su conocimiento el hostigamiento y la persecución a la que nos tienen sometidos.
Impliquémonos en favor de las distintas iniciativas en defensa de la caza
Y esto pasa por implicarnos y colaborar en la difusión de todas las iniciativas que se desarrollan en defensa de la caza.
Me causa tristeza ver como una foto de un perro en muestra obtiene cientos de likes en redes sociales, pero determinadas causas en favor del bien común, pasan desapercibidas y apenas logran interacción por nuestra parte.
No sirve de nada que unos pocos se esfuercen en transmitir la verdad de la caza, si el resto no participamos avalando el mensaje y dotándolo de energía para que llegue lo más lejos posible.
Tampoco ayuda que no secundemos las denuncias públicas con ejemplos de agresiones animalistas.
Pues es en esos momentos cuando debemos priorizar en su repercusión y hacerlo nos cuesta tan poco como un simple click en el botón de compartir.
No podemos quedarnos impávidos ante lo que ocurre
No hace falta irse mucho tiempo atrás, ni recurrir al recuerdo de trágicos sucesos, para ver lo que está ocurriendo y reflexionar sobre nuestra postura.
En los últimos meses hemos podido comprobar cómo asociaciones anti-caza radicales lograban el despido de dos trabajadores por el simple motivo de ser aficionados a la venatoria.
Sociedades cinegéticas y puestos de caza, destrozados o incendiados.
Protectoras sustrayendo perros de fincas privadas, para después hacer negocio con su adopción.
Animalistas robando imágenes de menores y haciendo un uso ilegítimo de ellas en redes sociales para ganar notoriedad y ampliar su número de fans.
Compañeras que han tenido que privatizar sus perfiles en Facebook o Twitter para escapar de la permanente persecución a la que están sometidas.
Sin perder de vista la extensa nómina de insultos, desprecios y humillaciones que sufrimos a diario quienes somos aficionados a la caza.
Por todo esto, debemos unirnos en defensa de la caza
Podemos entender la problemática desde una perspectiva global o ser egoístas y contribuir en defensa de la caza por el mero hecho de evitar que nos llegue el turno a nosotros.
Pero en un caso u otro, es necesario que reaccionemos y empecemos a ser partícipes de la realidad que nos acontece.
Pues sin nuestro compromiso, seguiremos sucumbiendo a merced del ruido animalista, que si está mucho más unido en la consecución de su propósito común.
¡Un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.