Dentro del equipamiento de un cazador, el arma es probablemente una de las herramientas fetiche. Sin embargo, la escopeta de un cazador de becadas tiende a ser más funcional y cómoda, que bonita u original.
Lo que si pretendemos es que nuestro arma se transforme en una prolongación de nuestro brazo, pues a partir de esa conexión crecerán las posibilidades de éxito en cada lance que nos encontremos.
Por mis manos han pasado unas cuantas escopetas, cada una con su propia historia, pero curiosamente, la más humilde y sencilla de todas, una repetidora Benelli Premium Superligera del calibre 12, terminó por convertirse en mi imprescindible compañera.
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La escopeta de un cazador de becadas: Una historia sencilla para una Benelli sencilla.
Prácticamente todo en esta escopeta es sencillo. Desde su historia, hasta su composición.
La compré en una armería muy conocida de mi provincia poco tiempo después de iniciarme en la caza.
Por aquel entonces solo tenía mi antigua paralela Aguirre Aranzábal, que como os he contado en un post anterior, fue mi primera escopeta de caza.
Pero más allá del cariño que la tengo, y aunque esporádicamente la sigo utilizando, nunca terminé de adaptarme a ese puntero rojo con sus dos cañones a los flancos.
Así que un día cualquiera de Septiembre, me acerqué a la armería, eché un vistazo a las opciones de segunda mano y elegí.
No me lo pensé demasiado, la verdad.
La vi, me gustó, la probé, pagué los 900,00 € que me pidieron por ella y me la llevé en una sencilla funda que me regalaron.
Como decía, todo muy sencillo, aunque en el momento de adquirirla, ni mucho menos pensé que con el tiempo se iba a convertir en una de mis herramientas imprescindibles.
Escopeta de un cazador de becadas: Benelli Premium Superligera
Tardé poquísimo en adaptarme a la repetidora. La compré de segunda mano, pero tengo la sensación de que alguien pensó en mí cuando la construyó.
Con un encare ágil, poco retroceso a pesar de su ligereza, una postura cómoda y un mecanismo de disparo muy rápido he terminado consiguiendo aquello que decía al principio, que sea una extensión de mi brazo.
Comprar una escopeta de gran belleza para ir a cazar la sorda, es como meter un todoterreno de 60.000,00 € por el monte. Le haces un rasguño y te lleva 3 meses superar la depresión…
La manejo con total soltura. Sin pensar demasiado en ella, siempre acaba poniéndose en el mismo sitio, algo esencial para efectuar disparos a tenazón, como casi siempre te exige la becada.
No tiene nobleza en sus maderas, ni una gran ingeniería en sus mecanismos.
Tampoco es bonita, para que nos vamos a engañar, pero no es esto lo que normalmente perseguimos los sorderos.
La escopeta de un cazador de becadas: Funcionalidad por encima de belleza.
Cuando cazas entre encinas, bardales y escajos. Acompañado de agua, viento, frío y barro, lo de comprar una arma cara o de gran belleza, se torna en absurdo.
La escopeta de una cazador de becadas sufre lo indecible.
Rayones, golpes, caídas, mucha suciedad…
Comprar un arma de gran belleza para ir a cazar la sorda, es como meter un todoterreno de 60.000,00 € por el monte.
Le haces un rasguño y te lleva 3 meses superar la depresión…
Asi que lo más importante es elegir un hierro funcional, cómodo, con el que te sientas a gusto, que te lo lleves fácil al hombro y que, como mínimo, no sea el culpable de tus fallos.
Escopeta de un cazador de becadas: No he podido despegarme de ella
En el transcurso de estos años he tenido tantas ganas como oportunidades de cambiarla, pero no he sido capaz.
De hecho, llevo tiempo rastreando el mercado con el objetivo de hacerme de una superpuesta.
Una Beretta, una Laurona… Últimamente he visto algún modelo de Bettinsoli que también me gusta…
No sé si por romanticismo, versatilidad o porque simplemente me gusta ese tipo de escopeta.
Pero siempre termino pensando que no voy a dejar en casa la Benelli y me acabo echando para atrás cuando tengo una buena opción al alcance.
Al final, esa sencilla repetidora se ha acabado convirtiendo en una herramienta imprescindible.

Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.
Felicidades !! gran acierto con esa escopeta…. a mi también me gusta !! de hecho es la que utilizo.
Simple y practica, especialmente para quien vamos a caminar largas jornadas y a empaparnos de campo, de naturaleza, de sabor.
Es algo más que cazar…. es disfrutar !!!
Hola Jorge,
Si, la verdad es que mejor no me pudo salir, es una muy buena escopeta, sin un fallo, sin un problema, una gozada.
Muchas gracias por comentar!
Un abrazo y al monte!