Que poco dura lo bueno y con qué celeridad se nos ha echado encima este final temporada de becadas 2018 – 2019.
Parece que fue ayer cuando volvíamos a empuñar ilusionados nuestras escopetas en espera de la llegada de la Dama.
Pero lo cierto es que, los casi cuatro meses de Veda General, han llegado a su fin y ahora toca soñar con la temporada siguiente.
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Final temporada de becadas 2018 – 2019
Me da pena y empiezo a mirar con cierta melancolía estos días atrás, en que ansiaba la llegada del fin de semana, para preparar los bártulos e ir a cazar.
Ahora es cuando empiezo a pensar que se me ha echado el tiempo encima, que no he aprovechado la veda como debería, que me ha faltado visitar aquella zona o la otra…
Pero en realidad solo es una sensación de frustración, la misma que me embarga cada año por estas fechas, porque se hace duro pensar que tenemos muchos meses de espera por delante hasta la siguiente oportunidad.
Algo tan bueno, no debería ser tan corto.
Resultados temporada de becadas 2018 – 2019
Corta, pero intensa. O al menos este año, de ese modo la podemos clasificar.
En líneas generales, ha sido una buena temporada.
Algo irregular, incluso extraña, pero ha terminado clavando las estadísticas del año anterior y ese lo recordamos como extraordinario…
En realidad podríamos diferenciar dos partes.
Una, hasta finales de Diciembre, absolutamente excepcional.
Ya las primeras luces de la apertura nos dejaron alguna que otra imprevista sorda y, desde entonces, el goteo ha sido constante, con un gran densidad de pájaros, más allá de las destacadas entradas de Noviembre y Diciembre.
En contra de lo que cabía esperar, con las nieves de Enero, se diluyó el ratio de sordas que habíamos disfrutado hasta entonces…
Enero y Febrero, sin embargo, nos han ofrecido una cara muy distinta.
Poquitos pájaros y varios de ellos, verdaderos “fantasmas” que habían logrado sobrevivir a los primeros envites tras su llegada.
En cualquier caso, supongo que suficientes en el consuelo de tener algo con lo que entusiasmarse antes de echar a andar.
Sordas con poco aguante y muy largas
Con más o menos densidad, un factor común a lo largo de toda la temporada es el poco aguante de los pájaros.
A diferencia de otros años, ha costado mucho encontrar esos lances pacientes, con muestras largas de varios minutos.
Por el contrario, lo habitual ha sido ver pájaros salirse solos, sordas botando nada más llegar los perros…
En algún momento pensé que el “ruido” de los beepers podría estar influyendo en esa reacción, pero después de probar a quitarlos, la paciencia de las becadas seguía siendo igual de escasa que con ellos encendidos.
De hecho, hay dos o tres sordas en sitios concretos que, aún sabiendo de sobra donde están, prácticamente no hemos podido llegar a verlas en toda la temporada.
Suerte para ellas que volverán indemnes a sus lugares de cría… ¡Sin duda, se lo han ganado!
Y los perros… ¡Qué grandes son los perros!
Con Zar una vez más como punta de lanza, liderando el equipo y demostrando que en ningún caso, sus diez añitos son un obstáculo para poner en valor sus cualidades.
Mantiene intacta su afición, su pasión, su instinto y su tremenda capacidad para encontrar y poner al descubierto las arceas más esquivas y complejas.
Y además me arroja esa sensación ilusionante de que aún voy a poder contar con él, en plenas condiciones, para el curso siguiente.
Es un lujazo disfrutar de la evolución de mis perros en una modalidad de caza tan exigente para ellos…
Otro que sigue creciendo es Darko.
Incluso en sus peores días, es capaz de ofrecer algún destello de sus excepcionales cualidades.
Y cuando está de flor (casi siempre), realmente es un espectáculo verlo cazar.
Pues además de su fortaleza y pundonor para romper el monte, tiene una gran nariz y una tremenda inteligencia para interpretar los movimientos de la sorda.
Si aún no conoces a mis setters, aprovecho para presentártelos:
Los cachorros… ¡Qué buena pinta tienen!
Si algo me genera tristeza en este final temporada de becadas 2018 – 2019 es cortar la progresión de Figo y Crono (Blas de la Arcea x India)
Desde mediados de Noviembre que empezaron a disfrutar de sus primeros ratos en el monte, no han hecho más que crecer exponencialmente e incluso han llegado a tener la oportunidad de mostrar su primera becada con apenas 7 meses.
Pero supongo que esto es algo que nos ocurre a todos con nuestros cachorros, pues muchos pensaremos aquello de que, con un mes más, “terminábamos de hacer al perro”.
En cualquier caso, su protagonismo crecerá en estos cuatro domingos de Febrero en los que tenemos libre perreo y además estoy seguro de que los aprovecharán al máximo.
Final temporada de becadas 2018 – 2019 y a pensar en las africanas…
En mí caso es automático, como si tuviese un pequeño interruptor que se activase solo nada más alcanzar el final temporada de becadas 2018 – 2019.
Claro que por medio hay más cosas, empezando por estos cuatro domingos de libre perreo (y el resto de fines de semana, en los que no voy a dejar de disfrutar del monte con mis perros, diga lo que diga la Ley), alguna visita al voladero allá por Junio para probar a los cachorros…
Pero de ahora en adelante, el focus principal estará puesto sobre la codorniz y esa previsible desveda del 15 de Agosto.
De hecho, ya verás como no tardaremos en volver a hablar del estado de las cosechas, de si cantan o recitan poesía…
Y en definitiva, de todas esas cosas que alimentan la motivación del cazador.
Conclusiones
Triste por el cierre de la veda, pero muy satisfecho por las experiencias vividas.
Hemos disfrutado, acertado y fallado, sufrido tensión, nervios, alegría…
Y muchos de esos momentos, además de quedar para el recuerdo, los he podido compartir contigo a través de este blog.
Ahora solo espero poder seguir gozando de muchos más lances en compañía de mis setters, porque eso significará que seguimos al pié del cañón.
Como siempre, te animo a que nos cuentes tu experiencia a lo largo de esta temporada de becadas y si te ha gustado el post, no dudes en compartirlo un poco más abajo.
¡Un saludo y al monte!

Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.