Consciente de que la Dama se hace esperar, suelo gestionar con cierta calma estas primeras fechas tras la apertura, pero por alguna razón, en este inicio de temporada de becadas 2019, me están a punto de diagnosticar un cuadro de ansiedad.
Tengo tantas ganas de cruzármelas en el monte y poner a prueba la evolución de Figo y Crono, que no encuentro la forma de pensar en otra cosa.
Pero aunque a esto no ayudan ni el viento sur, ni las temperaturas que nos están acompañando en este principio de otoñada, no soy de los que espera la noticia en RR.SS y por ello, tampoco he dejado de pisar el monte en cada una de las oportunidades que me ha brindado el trabajo.
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Sin noticias de mi querida Dama
El primer fin de semana, coincidiendo con la festividad de El Pilar, subí con ganas, sin dejar nada a la improvisación, preparando cada detalle como si ambas jornadas me fuesen a deparar los mejores lances de mi trayectoria como cazador.
Quizás ayudó que, como tocaba renovar el coto y entre la Federación y la Oficina de Medio Ambiente se tomaron su habitual parsimonia burocrática, no supe hasta unas horas antes que iba a poder disfrutar en vivo y en directo de este inicio de temporada de becadas 2019.
Pero finalmente todo se arregló y como es habitual en mí, no falté a una cita que llevaba mucho tiempo esperando.
Mucho calor en este inicio de temporada de becadas 2019
Poco hay que rescatar de estas primeras jornadas de sábado y domingo, más allá del aplastante calor que ya nos dejaba cerca de 25 grados a las 08:00h de la mañana.
En ese escenario, perros y cazador estábamos legitimados para tomárnoslo con más calma de la habitual, por lo que simplificamos el paseo revisando alguna que otra cabecera querenciosa, pero sin alejarnos en exceso de ese agua tan necesaria para sobrellevar los exigentes rigores del esfuerzo campero.
Tampoco el monte nos lo puso sencillo.
Provisto aún de toda la hoja, que irá perdiendo a medida que avance la temporada, se mostraba más cerrado y boscoso, si cabe, de lo que recordaba.
Y aunque uno es bravo y «echao palante», en manga corta y con espinos del tamaño de navajas, pues como que te lo piensas un par veces antes de entrar por entrar.
Segundo fin de semana más suave
El sábado y sobre todo ayer domingo, cambió el panorama, bajó 10 grados la temperatura y nos acompañaron las lluvias.
Encontrar, encontramos lo mismo, nada.
Pero circular por el monte se convirtió en una práctica más sencilla y menos costosa.
Probé suerte en Pico Fuentes, por aquello de ser una de las zonas más altas del coto, pero más allá de un enorme macho de corzo, al que sorprendimos en su encame y un par de torcaces aisladas, poco más alteró la normalidad de un reconfortante paseo en compañía de Figo y Crono.
Si me fijé en las características de un eucaliptal, que han debido cortar durante el invierno y al que le ha dado tiempo de crecer lo suficiente como para convertirse en un buen escenario de entrada, pues además está bastante sucio por debajo.
Y aprovechando que pasaba por allí, me desvié lo suficiente para confirmar el buen estado de cuatro castaños, que año tras año, motivan una mini excursión familiar.
Otra buena noticia es que mi suministro estratégico de manzanas también goza de buena salud…
¡Que sería de mis jornadas sin esa manzanita para recobrar fuerzas!
Figo y Crono me producen grandes sensaciones
En cuanto haya sordas las vamos a encontrar, de eso estoy seguro.
Luego, por supuesto, solo la experiencia les enseñará a enfocar cada lance como corresponde, pues se trata de toda una ciencia y hacerlo correctamente, marca la diferencia entre el éxito o el fracaso, entre poner a tiro la becada o que se vuele precipitadamente.
Pero lo que veo me gusta y me gusta muchísimo.
Campean sin miedo, con nervio, revisando lo limpio, lo sucio y lo más sucio, con una traza impropia de su edad, que a buen seguro nos generará las satisfacciones que tanto deseamos.
No me marco grandes retos para esta temporada
En realidad, nunca me he marcado un objetivo numérico, pero este año, menos aún.
Soy consciente de que será una temporada de transición que terminaré satisfecho si los cachorros han evolucionado como espero.
Veremos becadas y mataremos algunas, pero no es lo mismo cazar con Zar y Darko, dos perros veteranos curtidos en mil batallas con la Dama, que hacerlo con dos jóvenes en ciernes, potenciales talentos, pero aún inexpertos en estas lides.
Pero es el momento de apostar, garantizar el futuro y en ello estamos.
Veremos cómo avanza la campaña, pues esto no ha hecho más que empezar.
Ojalá tengamos suerte y disfrutemos de una gran temporada de sorda.
¡Una abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.