Aprovechando la tradicional festividad de Todos Los Santos y una más que interesante oferta de Grupo Serbal, subí a Burgos con los cachorros para conocer la orgánica y disfrutar de una entretenida jornada de caza de perdiz en uno de sus acotados.
Se trataba de mi primera experiencia perdicera, una modalidad totalmente nueva para mí y muy distinta de la que practico cada fin de semana, pero volví a casa satisfecho, encantado de la puesta en escena de Figo y Crono y con un buen puñado de reflexiones bajo el brazo.
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Disfrutando de las patirrojas con los cachorros
Realmente tenía previsto subir el día 9 de Diciembre (De hecho, cuento las horas para volver), pero una baja de última hora me permitió ocupar su plaza y adelantar una experiencia que ansiaba tanto probar, como ahora repetir.
Pues aunque poco tiene que ver la perdiz con la becada, más allá de que son “pájaros terrestres” que se cazan en compañía de un perro, hace tiempo que me mueven las ganas de probar otras cosas y enriquecer mi curriculum venatorio.
Además tuve la oportunidad de conocer personalmente a Gorka Serbal, con el que ya hace meses que me une una amistad en ciernes, pero al que aún no había tenido oportunidad de estrechar la mano.
Y la prueba no solo resultó un éxito, sino que pude constatar lo que ya imaginaba y es que el amigo Gorka es un gran tio, buen anfitrión y mejor persona.
Jornada de caza de perdiz en Burgos
Después de concentrarnos en un hotel cercano, donde recogimos nuestro pase y escuchamos las normas de la cacería, pusimos rumbo de forma organizada hasta el acotado en el que se celebraría esta jornada de caza de perdiz.
Nos distribuyeron a lo largo de los 5 aparcamientos del cazadero y desde ahí echamos a andar, acompañado del propio Gorka y sus setters Espe y Lukas, un lujazo de canes que no tardaron en demostrar sus grandes aptitudes.
A Figo y Crono les costó algo más destapar el tarro de las esencias e incluso el primero, acabó la jornada de caza de perdiz un tanto errático y de forma bastante discreta, para lo que en él es habitual.
Pero Crono si que la aprovechó, adquiriendo confianza a medida que avanzaban las horas, mostrando un gran instinto e inteligencia para llegar a las perdices y dejando entrever mucha de la clase y potencial que atesora.
De menos a más en esta jornada de caza de perdiz
Supongo que en esos primeros instantes les venció la extrañeza de un acotado nuevo para ellos, de un pájaro que hasta ese momento desconocían y quien sabe, probablemente, la “competencia” de Espe y Lukas les pudo resultar incómoda al principio.
Pues no olvidemos que se trata de dos cazadores en ciernes con mucho por delante que aprender.
Pero poco a poco se fueron soltando, especialmente Crono, que luego de tropezarse con la primera y segunda perdiz, clavó la tercera, la cuarta, la quinta y no cambió el discurso hasta finalizar la jornada.
Muestras, patrones e incluso alguna pequeña guía, que en coalición con los setters de Gorka, dibujaban bellos cuadros a la altura del mejor de los pintores.
Y qué coño, estas son las escenas que verdaderamente nos hacen disfrutar de la caza.
Muestras, patrones y alrededor de 20 perdices voladas
Me gustaron mis cachorros, pero también los setters de Gorka, más veteranos, curtidos en mil batallas y con una capacidad enorme para esto de la cinegética.
Entre los cuatro volaron cerca de 20 perdices, nos regalaron innumerables lances y dieron sentido a una jornada de perdiz que resultó muy entretenida y didáctica.
Claro está, no se trataba de perdiz salvaje, si no repoblada.
A estas alturas de la película, resulta incluso tendencioso hablar de esas densidades cuando nos referimos a las patirrojas autóctonas.
Es cierto que hay quien las define como “plasticucho” y ni siquiera lo considera caza.
Pero a mí me pareció más interesante disponer de todos los datos antes de conformar una valoración y para eso hice el ejercicio de subir a Burgos y cazar, pues hablar sin conocer o desde el sillón de casa, es más propio de jugadores de azar.
Y con los juegos de azar, ya se sabe… Unas veces aciertas y otras fallas.
Y ya que estamos en faena, voy a compartir mi opinión contigo…
Reflexiones sobre la jornada de caza de perdiz en Serbal
Dos horitas de coche, cuando vuelves para casa después de cazar, dan para mucho y yo invertí parte de ellas en reflexionar sobre lo que había acontecido esta jornada de caza de perdiz.
De momento, percibí una orgánica bien gestionada, organizada, muy clara en sus premisas y normas, orientada a la seguridad del cazador y con un modelo de negocio centrado en potenciar la afición de los socios.
Decía un compañero en el hotel, en clave de broma, que a Gorka le gusta más organizar que cazar y esa frase es un claro ejemplo de cómo discurrió el día.
Puede haber cosas que te gusten más o menos, como cargar con el «chalequito de aparca choches», pero cuando estás sobre el terreno, te das cuenta de la importancia de ese extra de visibilidad para evitar accidentes.
Por mi profesión, conozco el interior de muchísimas empresas, grandes y pequeñas y estableciendo comparativas, no me cuesta reconocer que en Serbal, tienen tan claro lo que hacen, como lo que quieren.
¿Y esa perdiz repoblada, merece la pena?
Antes de exponer mi reflexión, merece la pena dar profundidad a otra, que yo mismo me hice en el coche camino de vuelta.
¿Cuál es el estado actual de la perdiz roja salvaje?.
No hace falta que yo te responda a la pregunta, pues conoces perfectamente la respuesta, por lo que en el contexto real, el perdicero tiene dos opciones…
-
- Quedarse en casa y repasar fotos de tiempos mejores.
- Salir al monte y pasear la escopeta.
Vale, de acuerdo, algún privilegiado todavía disfruta de perdices salvajes en su terreno, pero dan para lo que dan, hasta finales de Noviembre si quieres, que por ello hay tanto becadero reenganchado.
Pero visto lo visto, creo que hay una tercera opción, que es Grupo Serbal, entre otras orgánicas del estilo.
¿Qué son de plástico?
Debo reconocer que me cuesta establecer comparativas entre la perdiz repoblada y la salvaje, ya que esta última no la he cazado nunca y desconozco por completo su comportamiento.
Ahora bien, para ser de plástico, me pasé la mañana de maratón, corriendo a cada muestra porque la perdiz peonaba o se marchaba si no andaba ágil, vi a los perros exigidos negociando cada encuentro con ellas y volar, volaban que daba gusto y ojo, que se pasó toda la mañana lloviendo.
No es un intensivo, es caza
Puedo entender perfectamente que para el purista, para quien ha peleado en muchas ocasiones esa brava perdiz roja que reinaba en nuestros campos, esta otra repoblada le genere dudas.
Es posible que a mí me ocurriese lo mismo con la becada.
Pero si volvemos a la reflexión del punto anterior, debemos decidir qué preferimos, quedarnos en casa o salir al monte a disfrutar con nuestros perros.
Y esto último es lo que yo hice en mi jornada de caza de perdiz en Serbal.
Porque no es un intensivo en el que te dan una caja, las colocas y vas con tu perro a levantarlas, esperando que al menos unos pocos ejemplares, vuelen lo suficiente para que no los capture el can con la boca.
A nosotros nos requirió una exigente pateada de casi 5 horas, recorriendo una buena parte del coto, volar unas cuantas y matar unas pocas.
No sabes dónde están, no responden a querencias concretas y son lo suficientemente bravas y astutas para poner pies en polvorosa cuando empiezan a notar la presión cinegética.
De modo que, si esto no es caza…
Un gran escenario para cachorros y no tan cachorros.
El entorno y el acotado es precioso, muy bonito de cazar, con unas zonas más exigentes que otras, pero a la altura de cualquiera, pues cada uno puede marcarse sus propios límites sin perder por ello la opción de encontrar lances.
Y sin duda, la mejor escuela para perros. Cachorros y no tan cachorros.
Los primeros porque ambicionan experiencias que a menudo nos cuesta ofrecerles y solo a partir de ellas logramos que desarrollen todas sus cualidades.
Y los que no son tan cachorros, porque verán caza, aprenderán con ella y les servirá para pulir errores totalmente depurables a base de encontrarse una y otra vez con las perdices.
Y a ti se te caerá la baba viéndoles cazar, te lo digo por experiencia.
Vídeo jornada de caza en perdiz en Burgos
En este sencillo vídeo grabado desde la GoPro de Gorka podrás ver algunos de esos momentos y lances que he tratado de relatarte a lo largo del artículo.
Y principalmente, verás perros cazando, de forma impredecible, porque a esto obligan las perdices.
Donde parece que el perro la ha bloqueado, la perdiz se ha corrido e incluso volado y en el lugar donde menos te lo imaginabas, detecta el can una nueva emanación.
¡Seguro que disfrutas con ellos!
Conclusión final sobre la jornada de caza de perdiz
A estas alturas de post seguro que estás pensando en cuál será mi comisión…
Pues ya siento desilusionarte, ni siquiera soy socio de Grupo Serbal, simplemente, comparto mi opinión, del mismo modo en que lo hago con todo lo demás.
Y mi opinión, como ya te he declarado, es que me parece una gran opción para disfrutar de la caza, de tus perros, vivir lances, muestras, patrones, incertidumbre, aciertos, errores y en esencia, recuperar unas ganas de salir al monte que muchos perdiceros quizás hayan perdido.
Como ejemplo, allí me encontré con un valenciano, Miguel Ángel, un tio bien majo y charlando con él, resulta que era el tercer año consecutivo que venía a Serbal… ¡Desde Valencia!.
Por lo que anímate y el día 9 de Diciembre nos vemos en Burgos, aquí te dejo el enlace para que puedas hacerlo:
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A mí no podrás echarme nada en cara, porque esto solo es mi opinión, pero seguro que Gorka estará encantado de recibir tus críticas si algo de lo que he descrito no es veraz…😉
Allí nos vemos…
¡Un abrazo y al monte!
Seguro que tienes mucho que aportar y estamos deseando escucharlo, así que te animo a que dejes un comentario en el formulario con tu opinión.
Y si te ha gustado este post sobre mi jornada de caza de perdiz en Burgos, puedes compartirlo en tus redes sociales desde los botones que encontrarás al final del post.

Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.
Buenas tardes,
Bonito artículo sobre la caza de perdices en el acotado de Serbal. Pero he de comentar que, después de más de 20 años cazando perdices salvajes en mi acotado, el cazar perdices salvajes se puede considerar un deporte totalmente diferente al de cazar en acotados con repobladas, por muy asimiladas que estén. Una perdiz salvaje no deja que te aproximes a menos de 100 mts en un primer levante, a menos que la sorprendas detrás de una loma o un vericueto, despista al perro con una maestría digna de un genio. Este pasado sábado sin ir mas lejos pude levantar unos 50 ejemplares, de los cuales solamente pude disparar a una distancia razonable a una de ellas, con la suerte de poder abatirla. Aproximadamente cada temporada, unas 12 salidas, en este sentido en nuestro acotado somos muy extrictos, mis capturas rondan una media de un ejemplar por salida y 30 km de paseito por el monte, pero me basta ver volar perdices salvajes con su potencia, planeo magistral y a mi perrita volviéndose loca tras el rastro de estas auténticas atletas.
La caza repoblada no deja de ser un espejismo o un sucedáneo de la realidad, es bonito pero no es el mundo real.
Saludos.
Buenas tardes Raúl,
En primer lugar, muchas gracias por contribuir a mejorar el post.
En cuanto a lo que dices, puede ser que tengas razón, no te lo niego, como ya escribo en el post, no he cazado la perdiz salvaje y por ello me cuesta encontrar diferencias o similitudes con esta repoblada.
De hecho, hay una cosa que está clara, si los campos estuviesen poblados de patirrojas, orgánicas como Grupo Serbal no tendrían sentido.
Pero la realidad es otra y aún siendo repobladas, yo me he encontrado pájaros que me han hecho correr, que se salían solos, que peonaban hasta salirse del tiro…
Y sobre todo, me lo he pasado de fábula viendo a los perros cazar, aprender, negociar lances, patronear, cobrar, que para mí, es lo importante.
En esencia, tampoco pretendía comparar una cosa con la otra, sino más bien, establecer diferencias entre la perdiz que puedes encontrar en un intensivo, donde el perro casi siempre terminar por capturarla con la boca y la que yo he visto en Serbal, que desde luego, es otra cosa.
¡Un abrazo y al monte!