Lamentablemente, no es ninguna sorpresa para nosotros, como cazadores, que esté la caza en el punto de mira de una gran parte de la sociedad, lo que pone en serio riesgo el futuro de la actividad cinegética en todas sus disciplinas.
Con este primer post, sobre la caza en el punto de mira, estreno mi blog, mi Cuaderno de Caza, espero que sea de tu agrado…
Índice de contenidos
La caza en el punto de mira.
En una sociedad cada vez más alejada del mundo rural, de sus costumbres y tradiciones y por lo tanto, de la realidad que marca su día a día, hablar de caza fuera del entorno cinegético, lejos de nuestros compañeros o amigos cazadores se está volviendo un problema difícil de resolver.
La caza empieza a convertirse en uno de esos temas de conversación tabú, tipo religión, fútbol o política, en los que merece la pena no profundizar en días señalados o reuniones familiares para no despertar tensiones y arruinarse el día.
Lejos de ganar adeptos, la caza está generando cada vez más rechazo y además lo hace a una velocidad preocupante.
Si bien es cierto que casi siempre las críticas y acusaciones parten desde los mismos argumentos tópicos y de escaso impacto que suponen el “abc” de ecologistas y anti-caza, pero también lo es que vivimos en una época en la que nuestra opinión está totalmente manipulada por los medios de comunicación.
Pero es que voy más allá, la opinión de muchos llega a basarse en la conversación de café de hace 30 minutos.
«Si, si… fulano dijo esto y tenía razón… (En realidad no sé nada acerca de ese tema, pero para que me voy a molestar en testar sus palabras, tener opinión propia está muy sobrevalorado, es más sencillo, y menos agotador, adoptar los pensamientos de otros como míos…)»
Así actúan muchos y esto permite que argumentos generalistas y sin valor se vayan transmitiendo de uno a otro y acaben por ganar peso y contundencia.
¿Recordáis aquello de: “una mentira repetida mil veces…”.?
Ejemplo de una crítica a los cazadores
Como ejemplo, hace un par de días encontré un post de tantos, de un blogger cualquiera, en el que ajusticiaba la caza y todo lo que rodea a esta actividad.
Era uno más, en esencia no decía nada nuevo, pero si me llamaron la atención unas líneas en particular que reproduzco textualmente:
«También los perros de los cazadores están entre las víctimas de su pasión, desde su selección y entrenamiento para el acoso, el agarre o el enfrentamiento directo con la presa, pasando por el hacinamiento en el transporte, son sometidos a un altísimo grado de sufrimiento y estrés.»
Posiblemente merecería la pena sentarse con el autor y explicarle que las cualidades del perro de caza son innatas desde su nacimiento, más allá de que posteriormente se le entrene para optimizarlas y potenciarlas.
Quizás habría que explicarle que el perro si que sufre estrés, pero solamente en aquellas ocasiones en que sus compañeros salen a cazar y él se queda en la perrera.
Y sería interesante preguntarle si conoce algún otro medio de transporte legal distinto al que usamos todos los propietarios de perros cuando queremos trasladarlos de un lugar a otro.
Pero… ¿Para qué?.
Lo más triste es que, en la línea de lo que comentaba antes, todos aquellos lectores poco afines a la caza automáticamente incluirán las opiniones del autor entre las suyas para reforzar su argumento y reproducirlas en la primera oportunidad que se les presente.
Como cazadores, no somos capaces de reaccionar
Y nosotros, como cazadores, estamos permitiendo con nuestros actos que siga la caza en el punto de mira.
En lugar de percibir esa corriente negativa y hacer algo al respecto, nos esforzamos en todo lo contrario…
Estamos tan empecinados en mostrar la parte menos atractiva de la caza, que para mí es la muerte, que con frecuencia nos olvidamos de todo lo demás.
Te ves una montería y en primer plano te encuentras el río de sangre de los 100 jabalíes que hemos tumbado en tres horas sin quitarnos la corbata, imágenes de grandes perchas de tórtola o codorniz en el patio de casa porque no hemos tenido tiempo de fotografiarlas en el monte o, por lo menos, rescatar a los perros para la foto.
Cupos que se saltan a la torera, perros muertos en batidas por no abrir los ojos antes de disparar, becadas sedentarias que se “ventilan” en Agosto, no vaya a ser que alguno se nos adelante y un largo sinfín de noticias que poco o nada benefician a nuestra actividad.
Conclusiones
Dicen que cuando el rio suena, agua lleva y en los últimos tiempos estamos en tela de juicio, ya no solo por animalistas y ecologistas, sino que empezamos a ser punto central de muchas discusiones en foros de gobierno, gracias a una generación de políticos que, como decía al principio del post, están muy alejados del mundo rural y de su casuística.
Por lo que, o somos capaces de entender todo esto o seguiremos en el punto de mira, sintiendo la presión de una sociedad cada vez más crítica con la caza y probablemente determinada a acabar con ella.
¿Cuál es tu opinión sobre la situación actual de la caza?. ¿Qué medidas emprenderías para revertir la situación?.
¡Un abrazo y al monte!
Seguro que tienes mucho que aportar y estamos deseando escucharlo, así que te animo a que dejes un comentario en el formulario con tu opinión.
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.