Pensaba escribir sobre la codorniz, sobre la errática jornada del sábado, pero recogiendo el guante de Gorka Serbal y aplicando mi pequeño granito de arena en su rebautismo, permíteme que de ahora en adelante muestre mis respetos hacia El Hada del Campo.
Porque no le falta razón, una de las especies cinegéticas de más tradición, belleza y exigencia para perros y cazadores, merece mucho más que un simple e insignificante “africana”.
Al contrario, por honores, su simbolismo debe estar a la altura de La Dama o La Reina y por ello, me gusta El Hada del Campo.
¿A ti no?
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La codorniz o El Hada del Campo…
Y ahora que al hablar de El Hada del Campo sabemos referirnos a la codorniz, es momento de compartir mi experiencia, que difiere en poco o nada con aquella desveda que tanta ilusión nos generaba, pues de momento, cuatro mal contadas son “las plumas” que se cobijan en el rastrojo palentino.
Más que cazar tengo la sensación de estar buscando agujas en un pajar, pues el campo en Tabanera está precioso, bien cosechado, con sus hermosos lombíos al alza en vegas y páramos, que sin embargo, no devuelven en forma de lances lo que presuponen a simple vista.
Por eso podríamos considerar esta Media Veda, la temporada de la perseverancia y la constancia, la que sólo escucha el trasiego caminante de aquellos que consideramos estar cazando, más importante que cazar.
Pues si me lo vuelves a permitir, campañas como la presente son las que diferencian al cazador, del tirador, al amante del campo, de ese otro que sólo ansía el percutir de un gatillo al que tiene casi tanto cariño como a sí mismo, al que uno o dos lances bien trabajados por su perro no le merecen el viaje, del que nunca dudaría en emprenderlo.
Una temporada de codorniz muy irregular
No a todos nos ha tocado “bailar con la más fea”, otras zonas del País han disfrutado de mayor ventura y quien las pisa, está viendo su esfuerzo recompensado con alegría.
Buena noticia en cualquier caso, pues lo contrario implicaría ahondar aún más en ese declive del que animalistas y ecologistas buscan extraer negocio.
Al resto, a mí, poco rédito nos queda más allá de esas ilusiones inquebrantables que sueñan con movimientos coturnos, corrillos de septiembre y Hadas de vuelta a casa que decidan parar a reponer fuerzas en nuestros cazaderos.
Entre tanto, seguiremos emprendiendo el viaje, pues la suerte nos debe pillar en el monte y ese par de lances con El Hada del Campo, deberían ser suficiente alivio.
¿Acaso hay mejores cosas que ver despertar el monte en el amanecer?.
Lo que sobran son alicientes para aquellos que verdaderamente disfrutamos del campo.
Lances de caza con El Hada del Campo
La escasez, sin embargo, no me ha impedido grabar alguna que otra secuencia del trabajo de los perros, que a pesar de su juventud, tienen el instinto, el hambre y el tesón de seguir buscando entre los recovecos de ese enorme pajar.
Es lo que nos queda, lo que nos permitirá guardar un buen recuerdo para rememorar en el futuro y como siempre, me apetece compartirlo contigo.
Aquí te dejo con Crono, el «Enano Gruñón», resolviendo un precioso lance entre los pinos y a mí «trasteando» con una escopeta del calibre 20 cedida, que hace tiempo que me tiene conquistado.
Cuando priorizas en el “Cómo”, antes que en el “Cuántas”…
Otro lance, otra experiencia, mismo día y una reflexión, aquella que nos lleva a entender que el respeto al trabajo del perro es esencial, como lo es dar una muerte digna a esa codorniz que nos concede el regalo de su caza.
Hay muchas formas de alcanzar una gran percha y aunque a menudo es lo único por lo que se valora nuestro arte venatorio, lo cierto es que cuando priorizas en el «cómo las he cazado», en lugar de prestar atención al «cuántas he cazado», ese gran morral de capturas se torna más complejo de lograr.
Otro lance con El Hada del Campo…
Y acabamos aquí, con otro lance que me gusta, por su inicio y su final, por la gran labor del cachorro y por ese respeto que todo buen cazador sabe dedicar a la presa que acecha.
Ni se resuelve un lance que no ha liderado nuestro can, ni se dispara sobre un pollo que, en un breve espacio de tiempo, se convertirá en un más que digno adversario.
Espero que sea de tu agrado…
Suerte con El Hada del Campo
Ni desesperes, ni desfallezcas, esa gran codorniz, rebautizada en honores como El Hada del Campo, merece todo nuestro pundonor, destreza e incluso paciencia, si como a mí, este año también te ha tocado bailar con la más fea.
¿Quién nos dice que aún no estemos a tiempo de recibir su visita?.
Soñar es gratis y como cazadores, sabemos un rato de esto…
¡Un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.