Hablaba hace unos días con un amigo, neófito en este arte de la caza, pero curioso de mis publicaciones en el blog y me dijo algo en lo que hasta ahora no había caído: «Álvaro, Cuaderno de Caza es un gran legado cinegético para tus hijas.»
Me gustó y además me hizo pensar…
Índice de contenidos
¿Qué legado cinegético vas a dejar?
Cuando inicié el blog lo hice por puro desarrollo personal y por aquello de unificar dos pasiones, como son la caza y la escritura.
En ningún momento llegué a imaginar el cariz que ha tomado y la repercusión que cada semana obtienen mis publicaciones, pero no por ello ha cambiado el objetivo inicial, que es el mismo que hoy me mantiene enganchado.
Pero igualmente el proyecto ha ido evolucionando, adquiriendo cierta dimensión y cuando esto ocurre, te planteas nuevos propósitos, nuevas intenciones, que de alguna manera, me permitan devolver a la caza una mínima parte de lo mucho que me ha entregado.
Esta nueva tesitura me apertura dos caminos, por un lado, servirme del blog para defender y ponderar ese modelo venatorio conservacionista y sostenible en el que creo y por el otro, recogiendo palabras de mi amigo, sembrar mi legado cinegético.
El primer propósito lo estoy consiguiendo y me llena de orgullo ver, cómo a través de mis publicaciones, contribuyo a despertar la inquietud y el espíritu cinegético de personas que quieren iniciarse en la caza, aventurarse a descubrir nuestro mundo y participar de él.
De hecho, cada vez que recibo un mail en este sentido, y ya son unos cuantos, me hace una gran ilusión.
Y el otro, el que afecta a mi legado venatorio, como decía en la introducción, me ha hecho reflexionar…
Tú y yo también podemos empezar a sembrar nuestro legado venatorio
Si te paras un segundo y te pones a pensar en los principales referentes de la caza, enseguida te asaltan apellidos más que reconocidos: Ortega y Gasset, Delibes, Rodríguez De la Fuente…
Maestros novelistas, ensayistas, filósofos y naturalistas que de una forma u otra, dejaron su impronta, un excelso legado cinegético que perdurará por los tiempos.
Claro que no estamos a su altura, ni tú, ni yo, ¿Pero quiere decir eso que no podamos aportar nuestro granito de arena?.
¿Acaso no somos referentes de aquellos que nos siguen, nos escuchan y nos toman como ejemplo, empezando por nuestros propios hijos?.
¿Y no merecen ellos que sembremos una semilla digna de ser recordada?.
Por supuesto que si, pero no perdamos de vista que la tarea conlleva una gran carga de responsabilidad.
Seamos proactivos y contribuyamos a velar por lo que es nuestro
Siempre he dicho que no hace falta «ser nadie», ni tener un cargo de responsabilidad para defender y velar por aquello que nos causa pasión y que además forma parte de lo que somos.
Tampoco creo que debamos permanecer impasivos a la espera de que alguien nos venga a sacar las castañas del fuego por más que sea su responsabilidad.
Quedarse a la exceptiva nos permite renegar culpabilidades que en realidad, nunca nos abandonarán si mostramos falta de empatía y actitud.
Porque es labor nuestra, tuya y mía, contribuir para que ese arte que llamamos caza prospere y nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, puedan disfrutarlo al igual que lo hemos hecho nosotros.
Está al alcance de cualquiera y se logra de forma sencilla…
Siendo proactivos cuando la iniciativa es justa y reclama nuestra participación, pues de otro modo, difícilmente alcanzará el éxito que persigue.
Pero sobre todo, compartido conocimiento, experiencias, aprendizajes, pasión, respeto…
No hace falta escribir un libro, ni tan siquiera crear contenido en un blog, es algo que va implícito en todo lo que hacemos, en cómo nos comportamos, en cada charla, en cada una de nuestras acciones, simplemente hay que ponerlo al alcance de los demás.
Pero debe ser digno del mejor legado cinegético.
Este es mi legado venatorio…
No sé si algún día me cansaré de escribir, de compartir mis opiniones, experiencias y anécdotas venatorias, pero si llega el momento en que mis fuerzas acusen el declive del tiempo, recordaré las palabras de mi amigo, pues a través de cada línea, de cada renglón y de cada párrafo que he volcado en Cuaderno de Caza, mis hijas conocerán a su padre, comprenderán el profundo sentimiento que tenía por la caza, mi forma de entenderla, de respetarla y tanto si llegan a practicarla, como si no, les servirá para desvelar muchos secretos de ese entorno y esas especies que a su tierna juventud ya valoran y que muchos otros, por desgracia, jamás conocerán.
Este es mi humilde legado cinegético…
¡Un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.
De lo poco que he leído sobre caza, y no lo he leído todo, faltaría más, en que aparece la palabra “sostenible”.
Concebir esta actividad como algo perdurable, algo que hemos de transmitir a los venideros, es la labor que ahora, y siempre, nos debería ocupar y preocupar.
Tal cual Iñaqui, creo que es uno de los grandes valores que podemos legar a nuestros hijos, más allá de que luego ellos decidan seguir o no el camino, pero como cito al final del post, ese conocimiento y ese enorme respeto que les transmitimos, tiene un valor incalculable.
Pero como bien dices, ese futuro debemos empezar a labrarlo y cuidarlo desde ya.
¡Un abrazo y al monte!