Marketing cinegético … Caza y marketing… Si lo piensas, parecen dos términos antagónicos, ¿Verdad?.
Tan opuestos e incompatibles que nos parece hasta complejo llegar a conjugarlos en la misma frase, como si no fuesen capaces de convivir juntos.
El primero de ellos rezuma tradición, costumbres…
El segundo suena más innovador, aunque tenga poco de ello y con frecuencia es mal aceptado e incluso lo miramos de forma despectiva, porque lo asociamos con persuasión, manipulación o engaño.
Sin embargo, deben aprender a enamorarse el uno del otro, pues no veo otra forma más eficiente de divulgar la realidad de una actividad que empieza a mostrar claros signos de desgaste…
Índice de contenidos
Marketing & caza, dos términos y un destino
Empecemos por “darle un clareo” a ese término tan denostado como es el marketing.
Porque tiene poco de negativo y mucho de beneficioso para quien es capaz de extraerle todo el jugo.
El marketing no es vender humo, ni mentir, ni aparentar, ni ponerlo todo bonito, ni confundir, ni mucho menos, engañar.
Si buscásemos una definición simple e insustancial, vendría a ser algo así como: Planificar un camino para alcanzar un fin.
O lo que es lo mismo… Diseñar una estrategia que nos permita ordenar nuestras ideas y comunicarlas en el orden correcto.
El Marketing Cinegético como herramienta para alcanzar un fin
Resulta curioso cómo criticamos a las empresas por las estrategias que desarrollan sus respectivos departamentos de marketing.
Les reprochamos que quieran vender y busquen técnicas o metodologías para ser más eficaces en la captación del consumidor.
Pero perdemos de vista que nosotros mismos hemos aprendido a vendernos a diario.
Lo hacemos cuando queremos conseguir al chico o la chica que nos gusta, cuando estamos delante de un entrevistador aspirando a un nuevo puesto de trabajo o, sencillamente, cuando pretendemos persuadir a la cuadrilla para ir a cenar al sitio que nos gusta.
Y esto es lo que debe empezar a hacer la caza, venderse.
Solo que en este caso, no necesitamos convencer al consumidor para que adquiera nuestro producto, sino captar la atención de la sociedad, esa que nos empieza a negar el saludo con excesiva frecuencia y ser capaces de hacerles llegar nuestro mensaje.
Y debemos aprender a hacerlo correctamente, sin palos de ciego, unificando esfuerzos, mediante un Plan de Acción y desarrollando estrategias eficaces de Marketing Cinegético.
El sector cinegético no sabe venderse
Ojo, no es nada que no sepamos hacer…
Prueba de ello es que desarrollamos con éxito muchas campañas orientadas al cazador, como #LaCazaTambiénVota.
Pero por el contrario, somos incapaces de dar con la tecla cuando nuestro público objetivo cambia y se centra en el urbanita que vive alejado del campo, de los animales y de sus costumbres y necesidades.
No solo no veo paridad de intereses, sino que en realidad, cada uno hace la guerra por su cuenta.
<<Yo lo voy a hacer de esta forma, tú hazlo como quieras y ya veremos a ver qué sale…>>
Y para ser honesto, tampoco percibo un convencimiento claro en nuestros representantes a la hora de invertir en recursos y profesionales que nos desarrollen esas estrategias de marketing cinegético que claramente, mejorarían la salud del sector.
Más bien, se termina delegando este tipo de tareas en el becario de turno, que sale más económico, publica muchísimo y a todas horas, pero es totalmente inoperante.
Pero en este caso, no es cuestión de cantidad, si no de calidad.
Animalistas y anti-caza, son expertos en ventas.
Cuando los miras a ellos, la película cambia por completo.
No solo están bien orquestados, sino que responden a un propósito común.
Saben hacer ruido y además nos martillean los oídos una y otra vez con la misma melodía, independientemente de las manos que se pongan a tocar el instrumento.
Esa es su fortaleza y la base de su crecimiento.
Conocen a su público objetivo y saben manejar las teclas candentes que logran causar el impacto esperado.
Luego el mensaje es erróneo, está vacío o es muy difuso, digamos que utilizan ese lado oscuro que también forma parte del marketing, pero les funciona, les genera resultados y, poco a poco, nos empiezan a pisar los talones.
Observándoles, a menudo detecto intereses distintos en muchas de esas organizaciones e incluso, por momentos, se podría decir que terminan compitiendo entre ellas, pero esto no les impide ponerse en el mismo lado cuando el objetivo es compartido, algo que a nosotros nos cuesta enormemente.
La caza tiene mucho que ofrecer y mucho que enseñar
La caza tiene mucho que ofrecer, mucho que enseñar, pero debemos aprender a mostrarlo.
Es alimentación, es ciencia, es conservación, es economía, es cultura, son valores…
La caza es muchas cosas que no somos capaces de transmitir de forma ordenada y se termina perdiendo el verdadero mensaje que queremos ofrecer.
O lo que es peor, cuántas veces ese mismo mensaje llega difuminado y se vuelve en nuestra contra…
Si empresas como Coca-Cola, líderes de mercado, destinan importantes recursos anuales a promocionar y generar confianza en su marca, ¿Cómo podemos nosotros esquivar la necesidad de hacer lo propio?.
Tomemos ejemplo de nuestros vecinos franceses
No me veo en la capacidad de analizar el modelo francés, porque no tengo todos los datos y desconozco muchas de las cosas que se hacen en el país vecino.
Pero si de ponderarlo, porque percibo iniciativas, estrategias de marketing cinegético, que terminan siendo todo un éxito, como su última campaña: “Los cazadores, primeros ecologistas de Francia”.
Una estrategia basada en estudios científicos, pero de igual forma, muy focalizada en tocar esas teclas candentes a las que hacía referencia con anterioridad.
Las mismas que causan impacto en el ciudadano, porque empatiza con ellas y las hace suyas.
Conclusiones
No necesitamos buscar el lado oscuro de nada, tenemos las razones, nos respaldan verdades, que simplemente han de ser comunicadas de la manera que toca, con acierto y de forma unificada.
Tampoco debemos infravalorar la posibilidades que nos reportan las redes sociales y los canales online.
Son grandes difusores de información, que sabiendo hacer un óptimo aprovechamiento de ellos, nos pueden reportar resultados significativos.
Pero todo pasa por interiorizar esta necesidad y convertirla en uno de nuestros principales objetivos.
¡Un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.