Todo tiene su fin, nos recuerda Medina Azahara en una de sus míticas letras, solo que esta vez no le llegó la hora a una bonita historia de amor, sino a una Media Veda 2020 que, salvo en contados casos, no pasará a la historia por su relevancia cinegética.
Y es que ha sido floja, flojísima, extrañamente mala si atendemos a los resultados de la anterior y a las perspectivas que nos había generado una primavera tan lustrosa como anómala.
Pero… ¡Siempre hay algo positivo que extraer!
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Colorín, colorado, la Media Veda 2020 se ha acabado
Atrás quedaron los nervios y esas sensaciones casi infantiles que nos afloran momentos antes de pisar el campo en la desveda.
Atrás quedó la incertidumbre y la ilusión, la rumorología y las recurrentes charlas sobre lo que iba o no a acontecer esta temporada de codornices 2020.
Sensaciones y costumbres que dieron paso a muchas jornadas de campo y paja, buscando alfileres huidizos y bien escondidos, que raras veces se dejaron ver en la cantidad que añorábamos.
Y también a más lloros que cantos, que es como deberíamos titular esa otra canción que representase nuestro año codornicero.
Y ahora que, como decía, llegó a su fin, es momento de análisis y valoraciones y aunque en estas predominen los negativos, seguro que algo rascaremos para ese morral de recuerdos que acompaña a todo buen cazador.
Temporada de codornices 2020 a análisis
En lo personal, como sabes, pobre, tan pobre que en la apertura no gasté un solo cartucho, al menos, en la jornada matinal.
Dos codornices mal contadas que se volaron delante de un cachorro que no llegó a hacer la muestra y que son el reflejo de los resultados cosechados por otros muchos compañeros a lo largo de toda la provincia de Palencia.
Y ni tan mal que llegué a verlas, me consuelo de vez en cuando, pues muchos son los que se contentaron con imaginarlas.
Una estadística paupérrima que contrasta con los “brotes verdes” que encontré el domingo siguiente, en el cinturón de Burgos, acompañando a Gorka Serbal.
Allí, en aquel reducto venatorio de mi amigo, las Hadas volaban por doquier y los lances no se quedaron escasos para gracia de perros y cazadores.
Pero enseguida retornamos a la realidad, tan pronto como volvimos a pisar el rastrojo palentino, que una vez más presentaba una panorámica exquisita para el ejercicio de la caza, solo que esta vez y por extraño que me resulte, permanecía ausente de aquello que ansiábamos encontrar.
Con diferencia, el peor año de codornices que recuerdo en Tabanera de Valdavia.
Una Media Veda 2020 muy irregular…
Como siempre, hay cotos buenos, malos y regulares y a menudo, los resultados cosechados en cada uno de ellos hacen honor al calificativo que les acompaña, sin embargo, esta temporada de codornices 2020 ha sido tan irregular, que donde se las esperaba no han aparecido y donde normalmente son testimoniales, esta vez las han disfrutado.
Y es que resulta curioso, como en acotados colindantes, con una casuística común, las caras sonrientes de unos contrastaban con la desmotivación que transmitían los otros.
Tantos años cazando la codorniz, una especie emblemática de nuestra cinegética y aún no somos capaces de resolver interrogantes que nos llevan persiguiendo desde tiempos inmemoriales…
Una Media Veda 2020 para cazadores de verdad…
Me comentaba una hostelera de Buenavista que, del sábado al domingo de la apertura, le habían cancelado todas las reservas que tenía en sus alojamientos.
Y eso pone en relieve algo que no gusta escuchar, aunque no tengo mayor problema en decir, como es la diferencia entre cazadores y tiradores.
A ambos nos disgusta salir a “pasear la escopeta”, no nos engañemos, pero solo los primeros son capaces de disfrutar con las mieles de un buen lance, aún cuando estos se presenten con cuentagotas.
La diferencia es que los segundos viven envueltos en una nube gris pólvora que les impide disfrutar con ninguno de los intangibles que conlleva la venatoria.
El sumun para ellos se resume en apretar el gatillo y cuando el contexto no se lo permite, pisar el campo y “hacer el esfuerzo” para volar unas pocas Hadas, deja de ser atractivo.
Solo por eso, a todos aquellos que hemos mantenido nuestra voluntad intacta, a todos los que, de una forma u otra hemos sabido disfrutar de nuestras jornadas, a todos esos cazadores que hemos entendido la codorniz como una especie de primera que bien merece nuestra máxima atención, más allá de su escasez, mi más sincera enhorabuena.
Hay cosas que no me gustaron…
Hay actitudes que no me gustaron y de ese modo lo comenté en una de mis últimas publicaciones del VideoBlog.
Hemos tenido una Media Veda 2020 muy fresca y lluviosa, lo que ha propiciado que el agricultor aprovechase para ahorrarse gasoil, pasar la grada, levantar la tierra y dejar esta inservible para el ejercicio de la caza.
Con lo que, si ya nos ha resultado complejo encontrar codornices en el rastrojo, imagínate cuando este último ni siquiera existe…
Como cada vez que alguien toca un tema controvertido, el vídeo levantó ciertas ampollas, pero la realidad es que el cazador, casi siempre, termina convirtiéndose en el pagano…
Por si no lo has visto, te dejo el vídeo a continuación. Creo que merece la pena que agricultores y cazadores nos sentemos alrededor de una mesa y busquemos la forma de alcanzar acuerdos, porque nos necesitamos mutuamente y en muchos momentos, compartimos preocupaciones.
En cualquier caso, no era objeto de crítica el agricultor, sino el ayuntamiento de turno y por extensión, el alcalde, que es quien presenta un pliego de condiciones que “él mismo” ha elaborado, un pliego de condiciones que debe aceptar quien pretenda gestionar los terrenos para la caza, un pliego que implica un abono de dinero que va mucho más allá del pago de unos cientos de euros, para que al final, sea el alcalde quien, después de recaudar, se encargue de incumplir sistemáticamente las condiciones que él mismo exigió…
Ya me darás tú opinión después de verlo…
Aspectos positivos de esta temporada de codornices 2020
Decía al principio que no todo ha sido malo, siempre hay algo que valorar cuando la actitud es positiva y personalmente, me quedo con algunas cosas que me han hecho feliz.
He visto a Crono, a mi “Enano Gruñón”, rebautizado como “Navidad”, regalar instinto, vientos y talento cinegético, resolviendo lances de bella factura, en algunos casos, impropios de su corta edad.
Pero es que Figo no pierde su estela y aún con menos suerte, nos ha dejado guías y muestras de las que hacen afición.
He cazado con y entre amigos, degustado jornadas en compañía de mi familia, de mi mujer y mis hijas y vivido momentos a su alrededor que resultan muy difíciles de olvidar.
Probé el calibre 20 y me encandilé de nuevo.
He visto amanecer y anochecer en el campo, frente a ese paisaje de privilegio que protagoniza la Montaña Palentina.
Y me llegan las Hadas para un arroz, pues no olvidemos que si bien la Media Veda 2020 ha llegado a su fin, realmente no se cerrará el telón entre tanto la mesa se vea repleta de buena compañía.
Y una grata sorpresa…
SSiempre he dicho que poner en marcha el blog me ha generado grandes satisfacciones, una de ellas, la más importante, gracias a esa gran Comunidad que está creciendo alrededor de Cuaderno de Caza, es la de conocer a muchos compañeros con los que, de otro modo, difícilmente podría haber llegado a tener contacto.
Gente de la que aprendes, con la que ríes, hablas e intercambias opiniones casi a diario y esto para mí es un privilegio.
Lamentablemente, la distancia suele ser un obstáculo lo suficientemente importante como para no permitirnos “ponernos cara”.
Sin embargo y por una vez, en la jornada de cierre de esta Media Veda 2020, tuve la oportunidad de conocer a Ignacio, un fiel seguidor del blog con el que había hablado varias veces, pero al que no había podido estrechar la mano, que es como verdaderamente se conocen las personas.
Y aunque realmente no lo llegamos a hacer por esa pandemia que nos obliga a marcar distancia entre unos y otros, si tuvimos ocasión de charlar un rato, de contarnos alguna que otra batallita, de conocer a Zar, cuyo nombre me es muy familiar, un setter de cuatro años del que se enamoraron locamente mis hijas horas después, en Saldaña, cuando volvimos a coincidir tomando le vermouth y de disfrutar de unos instantes al lado de un buen cazador.
Espero que tengamos nuevas oportunidades Ignacio, en otro contexto sanitario que nos permita compartir más cosas que un entretenida conversación y ya siento haberte atraído a Tabanera justo en el peor año codornicero que le recuerdo, pero no desesperes, como te dije, solo es la excepción que confirma la regla.
A Rey muerto, Rey puesto…
Todo tiene su fin y con él vuelve la espera, esa dura espera a la que el cazador ya está más que acostumbrado.
Un tiempo de entrevedas que miramos con desdén pues no nos permite salir al monte, pero a diferencia de cuando nos cierra la puerta la general, este período es más corto, pasará rápido y probablemente ya estemos hablando de perdices, sordas, venados y jabalíes, ilusionándonos con lo que está por venir, porque hablar de caza nos genera una mueca sonriente, hablar de caza nos llena, hablar de caza, sencillamente, nos hace más felices.
¡Un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.