Como apasionado de esta raza de perros, nada más empezar a cazar con ellos me surgió curiosidad por conocer su historia, los orígenes del Setter Inglés y las etapas que han atravesado hasta llegar a ser tal y como los conocemos hoy en día.
He leído e investigado muchos libros, manuscritos y publicaciones, que de un modo u otro, recogen las orígenes del Setter Inglés y hoy quiero compartir contigo una pequeña parte de esa información.
Si como yo, eres fanático del «Caballero entre los Caballeros», seguramente conocerás gran parte del contenido que voy a escribir, pero también es muy posible que te agrade recordarlo.
E incluso es posible que descubras algo nuevo… 😉
Índice de contenidos
Historia y orígenes del Setter Inglés
Mi historia personal con el Setter Inglés podría titularse algo así como: «Un principio sin final.»
Pues fue un ejemplo de amor a primera vista, un verdadero flechazo, que como en la mejor novela romántica de Laura Kinsale, tiene tintes de alargarse en la eternidad.
«¿Sabías qué…?. Se cuenta que en un viaje de 96 km por carretera a Londres, un setter cazó en todas las fincas colindantes de la carretera, desde el momento en que salió de su hogar, hasta que llegó a Londres»
Ya te he contado que fueron protagonistas de mi bautizo cinegético, del cobro de aquella primera becada inolvidable, de mis inicios en la caza de codorniz y de otras muchas experiencias que guardo con cariño en el morral de recuerdos cinegéticos.
Pero más allá de la caza, también son indispensables en mi día a día, como ese amigo inseparable con el que te gusta compartir tiempo, bien sea en tareas cotidianas o saliendo a hacer ejercicio con ellos.
Por eso desde el principio quise conocer un poco mejor su historia, investigar sobre los orígenes del Setter Inglés, entender qué les ha llevado a ser como son, pues cuando valoras a quien tienes al lado, te preocupas de saber un poco más acerca de él.
Orígenes del Setter Inglés
Los orígenes del Setter Inglés se remontan al Siglo XIV, por lo que se trata de uno de los perros de caza más antiguos.
El nombre antiguo del setter en inglés era «index» y se conoce que desde el Siglo XVI fueron utilizados para la caza, pues hay escritos de la época que lo ponderan como «Un perro útil para la caza de aves, que no hacía ruido con los pies, ni con la boca cuando perseguía las piezas… Cuando las encontraba, se quedaba quieto y en silencio, no daba ni un paso más y, mirando fijamente hacia el matorral, posaba su abdomen sobre el suelo y reptaba hacia delante como una perdiz».
Lo que nos confirma que el estándar real del Setter Inglés mostraba tumbado, aunque muchos ejemplares en la actualidad no lo hagan.
Los Setter Laverack
Edward Laverack, quien hoy conocemos como el padre del Setter Inglés, fue uno de los primeros adiestradores de esta raza, además de destinar mucho tiempo, conocimiento y recursos a ponerla en el candelero de la época.
Nacido en 1789 en Westmorland, fue en sus inicios aprendiz de zapatero, pero posteriomente heredó una suma importante de dinero que le permitió llevar una vida solvente y acomodada.
Como gran amante del Setter Inglés, crió ejemplares de esta raza durante más de medio siglo.
En la búsqueda de su perro ideal, intentó mejorar, a su gusto, las corrientes de sangre o familias, como se les conocía por aquel entonces.
El trabajo de Edward Laverack con el setter
Trató de homogeneizar sus perros y hacerlos grandes cazadores, resistentes –hablaba de jornadas de caza diarias de 8 ó 10 horas, durante tres semanas seguidas–, llenos de valor, con nariz y rápidos o al menos, más rápidos que los perros de la época, aunque estoy seguro de que ese concepto difiere muchísimo de lo que entendemos hoy en día por velocidad.
Después de recorrer infinidad de criaderos durante años, al fin encontró una pareja de perros que se parecían a lo que estaba buscando.
Se trataba de Ponto y Old Moll.
Empezó así su particular cría basada en una severa consanguinidad durante muchos años.
Cuando intentaba introducir sangre nueva no quedaba satisfecho, lo que hacía que cada vez estuviera más convencido de cerrar la sangre sobre su propia familia de perros.
Siendo ya un anciano, Laverack reconoció que algo había hecho mal, ya que de una treintena de ejemplares, tan solo había producido un cachorro en los últimos años.
Edward Laverack deja claro que, entre los ejemplares de manto Blue Belton (blancos y negros o azulado) o de manto Lemon and White Belton (blanco y naranja), no existía ninguna diferencia, eran la misma familia, tan bravos e intrépidos podían ser unos, como otros.
Los Setter Llewellin
Richard Purcell Llewellin nació en 1840, era amigo de Edward Laverack y logró incluso un mayor éxito que su antecesor en la cría de estos perros realizando un gran trabajo experimental.
En primer término, partió de una consanguinidad radical que todavía hoy supone el «abc» de muchos criadores, para después hacer cruces con ejemplares de distintos adiestradores.
El resultado de su trayectoria nos dio a conocer un perro de gran belleza, como ya había conseguido Laverack, pero más contundente, trabajador y eficaz en el campo.
De menor tamaño que los Laverack, más ligeros, con la cabeza más estrecha, menos cantidad pelo y con más variedad en la coloración de su pelaje.
Llewellin, que provenía de una familia noble de provincias, invirtió mucho dinero, además de tiempo y esfuerzo, en la búsqueda de su perro ideal y después de años de buscar, cruzar, cazar y concursar, encontró la familia Setter de Laverack, decidiendo que había dado con lo que estaba buscando.
Depurando los resultados de Laverack
Lo tenían todo, o casi todo, pero después de tanta consanguinidad, estos perros habían perdido la inteligencia, eran excesivamente nerviosos, excitables y difíciles de controlar, por lo que pronto se dio cuenta que tendría que retemplar la sangre.
Apareció entonces en los Field Trials un setter llamado Duke, que pronto fue considerado uno de los mejores setters de Inglaterra.
Más tarde, en las pruebas de campo, entraron en escena dos hijos suyos: Dan y Dick.
Eran perros grandes, fuertes – Dan medía 73 cm a la cruz -, airosos, siempre con la cabeza alta, llenos de coraje, de gran osamenta y enorme potencia.
Sir Purcell Llewellin creyó ver en estos dos hermanos justo aquello de lo que adolecía hasta entonces, por lo que compró esos dos canes y dos hermanas de éstos.
El éxito fue total.
Logró alcanzar una mezcla de los finos Laverack, con la raza más basta de Dan y Dora, aportando estos últimos la talla, los huesos y la potencia que le faltaba a los primeros.
Continuó su cría con estas familias, pero siempre cruzándolas con la sangre de sus Laverack y una vez agotada esta, tuvo que recurrir a otras perreras que tenían medias sangres Laverack y que destacaban en las pruebas Field Trial.
Según J.M. Pilard, Laverack fue quien durante 52 años de cría, fijó la raza. Llewellin, a lo largo de los siguientes 56, la salvó y Humphrey tras 69 años, la reafirmó.
Curiosidades del Setter Inglés
Leyendo documentos y publicaciones sobre los orígenes del Setter Inglés, he encontrado muchas curiosidades sobre esta raza, aunque como es lógico, no todo lo que se afirma implica que sea real.
Se dice o se cuenta, que en un viaje de 96 km por carretera a Londres, un setter cazó en todas las fincas colindantes de la carretera, desde el momento en que salió de su hogar, hasta que llegó a Londres.
Otra de las curiosidades, que hablan a ciencia cierta de los muchos seguidores que tiene esta raza, es que se trata del perro de caza más utilizado en nuestro País.
Elegantes, pasionales, poderosos y veloces en el monte, con una excelente nariz y esa belleza en la muestra y la guía, el Setter Inglés se ha convertido, por derecho propio, en uno de los perros de caza de referencia.
¡Un abrazo y al monte!
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Ps. Quiero agradecer a Jordi Barbeta, del afijo Setter Cingles de Bertí el gran aporte con el que ha contribuido para la redacción de este post.

Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.
Muy interesante de donde proviene el seter inglés. Tengo un cachorro de darco con una camada de un amigo tuyo y es un fenómeno con 4 meses en enero me encontró 4 becadas con muestra casi no podía ni andar jejeje era muy pequeño
Hola Aitor,
Me alegro de que estés contento con el cachorro, suerte con él. ¿Pero dices que es de Darko?.
Un saludo y gracias por comentar!