Finalizada ya la Veda General, aproveché este primer domingo de perreo a la becada para cambiar la escopeta por la vara de avellano y subir al monte con los cachorros, en busca de alguna sorda con la que poner a prueba su evolución.
Me costó dejar en casa a los veteranos, de hecho tuve que hacerles “un regate” para que no se subiesen al remolque, pero la temporada ha sido exigente y ya van mereciéndose un buen descanso.
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Primer domingo de perreo a la Becada
Me gusta esta novedad, que en realidad se ha implantado en los últimos dos o tres años, de poder aprovechar los cuatro domingos siguientes al final de la veda para salir con nuestros perros.
Ayer un compañero en Twitter me decía que, en la caza de la becada, se distinguen dos temporadas: La propia veda y la contrapasa.
Y no le falta razón.
En este mes largo que tenemos por delante, no solo podemos aprovechar para seguir poniendo a prueba a nuestros canes con alguna de esas fantasmas, cuyas aptitudes de supervivencia han prevalecido sobre nuestras habilidades cinegéticas, sino que la propia contrapasa supone una gran oportunidad para que jóvenes y cachorros afiancen su aprendizaje.
Mucho calor y poca pluma
La alborada, en la línea de estos últimos días, se despertó bastante calurosa y poco propicia para el esfuerzo de los perros, a los que pasó buena factura el viento sur y los casi 25 grados de las 11 de la mañana.
De hecho, quince días de sol inquebrantable han logrado secar el monte y reducir al mínimo las opciones de refresco.
Aún así, salieron con las ganas propias del joven cachorro que ve estimulada su libertad, oteando en el horizonte algún pajarito al que perseguir y más centrados en la búsqueda de emanaciones becaderas minutos después del desfogue inicial.
A simple vista íbamos a tiro hecho, pues la última jornada de veda dejamos un par de sordas en la misma zona por la que hoy iniciábamos nuestros pasos.
Pero… O bien habían cambiado de refugio o sencillamente no supimos ponerlas al descubierto.
Ni rastro de ellas.
Asi que, un par de horas después, cambiamos el interior de las encinas por el bello paisaje de uno de los picos del coto: El Pico Candiano.
Bellas vistas desde el Pico Candiano
Como no estábamos lejos, el domingo de perreo a la becada terminó convirtiéndose en un tranquilo paseo hasta el Pico Candiano, donde nos sentamos y relajamos disfrutando de sus espectaculares vistas.
Voto, Laredo, Colindres, Santoña, Argoños, Ampuero, la ría de Carasa…
Con el día tan despejado, la belleza de Cantabria se pone en valor y desde el Pico Candiano se llega a observar muchos pueblos y municipios de gran atractivo natural.
Un auténtico privilegio para la vista…
Al bajar camino del coche, Crono y Figo no dejaron de revisar un par de hayales, normalmente querenciosos y algún que otro recoveco por el que no habíamos pasado al subir, pero la suerte nos fue igual de esquiva.
¿Más suerte el próximo domingo?
Con o sin sordas, disfrutamos del día y del paseo, aunque nos hubiese gustado ver algo de pluma con la que motivar a los cachorros.
Quizás el próximo domingo la suerte sonría a nuestro favor y podamos disfrutar de una jornada más productiva.
Además estoy deseando ver cómo se desenvuelven los cachorros en solitario, sin el ejemplo, ni la proactividad de los veteranos.
Pero tengo la sensación de que, estas próximas jornadas de perreo a la becada, no van a mejorar los escuetos resultados del último mes y medio…
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¡Un saludo y al monte!

Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.
Hola Álvaro, felicitaciones por tu blog. Excelente trabajo!!… no tengo claro en que consiste el perreo de la Sorda… ¿Es para llevar a los perros a levantar al pájaro pero sin dispararles?… es decir no se puede llevar la escopeta, entiendo