Entre osas, accidentes, nuevas normativas, monterías portuguesas y demás menesteres, llevamos una rachita para olvidar en esto de la caza, con nuestro estatus agonizando en sus horas más bajas y si a esto le añadimos una falta de relevo generacional más que latente y en parte motivada por mucho de lo anterior, pues incluso dan ganas de replantearse según qué cosas lamentando el dudoso porvenir de la caza.
Pero no todo es oscurantismo, ni debemos dejarnos llevar por la pesadumbre, pues en medio de la tempestad, también hay algún que otro halo de luz ganando fuerza y brillo…
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Hay luces brillando en medio de la tempestad: Porvenir de la caza
Se fue 2020 y se llevó con él 365 días que no merecen ni mención.
Un año frustrante en todos los aspectos y también en lo cinegético, por supuesto, más allá de alguna que otra jornada que, en mayor o menor medida, hayamos podido rescatar y disfrutar.
Lo ideal sería pensar que iniciamos el 21 desde cero, limpios de paja y polvo, pero no es cierto, esa ingrata mochila nos persigue y de hecho, ya se encargan los acérrimos interesados de que no se quede atrás.
Y la perspectiva es fea, para que nos vamos a engañar, desmotivadora para “los que ya estamos” y engañosa para el que se plantea estar, tanto que no termina ver claro si ese título honorífico de cazador le será beneficioso o más bien, un obstáculo social.
Pero yo que soy positivo por naturaleza y quiero seguir siéndolo, prefiero fijarme en otros hitos que si me generan ilusión y que además he podido confirmar recientemente.
Qué sé yo, a lo mejor no está todo perdido…
Niños, jóvenes y féminas, el porvenir de la caza
Liberados ya del confinamiento municipal, al menos de momento, este diciembre me regaló dos batidas de jabalí prácticamente consecutivas en mi tierra, en Liébana.
Y es que volver a juntarse con la cuadrilla es bueno, de hecho, cada vez me gusta más.
Luego habrá jabalíes o no, disfrutarás de lances o incluso es posible que pases las horas buscando el más mínimo aliciente para tratar de sobrellevarlas, pero en definitiva, eso es la caza, días de gloria (los justos) y días en los que no te queda más remedio que tirar de paciencia, manteniendo intacta la ilusión (y la atención, claro) por si la rutina se ve sobresaltada en el último instante y cuando menos te lo esperas.
El caso es que en ambas cacerías me encontré alguno de esos rayos de luz que comentaba al principio y que me hacen pensar que esto de la venatoria tiene bastante más futuro del que alguno nos quiere hacer ver.
Peques y no tan peques, acompañando a sus padres, disfrutando y conociendo de primera mano los valores de la caza, del monte, la naturaleza y la especies, un aprendizaje impagable del que, por desgracia, no todos pueden presumir.
Nuevas generaciones que vienen a aportar ese contraste positivo en momentos de tempestad.
Y también féminas, que quizás por el Sur hay más que por el Norte, pero aquí también las hay guerreras, con raza y afición, de hecho en la cuadrilla veo crecer el número de «afiliadas» y eso me pone de buen humor.
No es el camino más fácil, pero si el más atractivo
Y es un lujo compartir jornada con ellos, verlos descubrir poco a poco los pequeños detalles de este noble arte que es la venatoria y repasar después instantáneas de las que son protagonistas, como la que acompaña el título de este post.
Probablemente no han escogido el camino fácil, ni mucho menos, pero si el más atractivo, el que más sensaciones y conocimiento les va a reportar.
Y nosotros, algo más veteranos, solo nos queda agradecérselo, ilusionarnos con su iniciativa y disponer los mimbres para que esta sea lo más seductora posible.
Estos y no otros son los hitos que debemos ponderar y celebrar porque afectan de lleno al porvenir de la caza, quizás por eso no se me ha ocurrido un mejor tema con el que dotar de contenido a mi primer post de 2021.
Feliz año, un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.