Está siendo un año atípico, duro, muy duro por los funestos acontecimientos que nos está tocando vivir y previsiblemente, lo peor está por llegar, quizás no tanto por los efectos del virus, pues ya se vislumbra un proyecto de vacuna en la lejanía, pero si por el solar en que se está convirtiendo nuestra ya maltrecha economía. Quizás por ello, más que nunca, los que amamos el campo y la venatoria, encontremos en esta Media Veda el mejor refugio para exiliarnos, pues a fin de cuentas, pintando oros o bastos, siempre nos queda la caza.
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Siempre nos queda la caza…
Al menos es mi humilde objetivo para esta nueva campaña codornicera, tan modesto como imprescindible, pues en él se ha sustentado mi ilusión a lo largo de estos últimos meses.
Y mañana, por fin, con las primeras luces del día, veré culminada mi ansiada espera, abriré las puertas del remolque para Figo y Crono, desenfundaré mi Benelli y daré los primeros pasos sobre ese rastrojo castellano que hasta ahora ha ocupado mis sueños.
Sin alardes, sin grandes expectativas, con el simple deseo de aislarme, desconectar y buscar en la compañía de mis perros unos pocos lances con los que saciar nuestros instintos.
No porque deba de conformarme, no me dejo llevar por la rumorología, ni cuando es abrumadora, ni cuando rezuma alarmismo, lo que encuentre mañana me servirá para generarme una perspectiva real de lo que hay, si no porque en el contexto actual, me sirve con «ese poquito» que quizás a otro no le sepa a nada.
Codornices en Palencia & codornices en Burgos
Mañana sábado en Palencia, en Tabanera, donde siempre.
El domingo en Burgos, en la mejor compañía de un buen amigo… ¿Qué más se puede pedir?.
Quizás no trabajar el lunes, no estaría mal, pero volviendo al principio y teniendo en cuenta las circunstancias, esto es otro motivo de celebración que no debe amparar queja alguna.
Siempre nos queda la caza y menos mal, pues qué sería de nosotros sin ella…
Yo lo tengo todo listo… ¿Y tú?.
Solo me voy un par de días, pero he preparado el macuto con esmero, cuidando hasta el último detalle, porque esto también es caza, forma parte de la jornada y negarse a disfrutarlo es echar a perder uno de esos intangibles tan satisfactorios como complejos de explicar.
Ya lo tengo todo listo, en cuanto haga click en el botón de «publicar» emprenderé el viaje que tanto tiempo llevo aguardando, por eso no me quiero alargar, tampoco me queda mucho más que decirte, tan solo desearte que disfrutes, que experimentes, que lo vivas, que no te enfades si ves poca pluma, que seas comedido si la encuentras, pues lo importante no es cazar, sino estar cazando y con la realidad que nos espera a la vuelta, aún adquiere mayor envergadura esta acertada frase.
Por supuesto, suerte, mucha suerte y buena caza.
¡Un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.