Llegó la festividad de El Pilar y con ella, el desvede de la general y la apertura de la temporada de becadas 2020.
Y toda la morriña sordera, esas ganas de monte, de encina y roble, de lances, de muestras, de aciertos y errores, del eco de beepers y campanos, de tensión, de emoción, incluso de frustración, vuelve a nosotros regalándonos una nueva oportunidad de poner en liza nuestra afición.
Por eso y porque la suerte nos tiene que pillar cazando…
¡No esperes a que te lo cuenten!
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Arranca la temporada de becadas 2020… ¡No esperes a que te lo cuenten!
Cuando tiempo sin escribir sobre becadas, sobre esa salvaje y enigmática Dama del Bosque que distrae nuestros sueños gran parte del año.
Pero se acabó esa larga espera que margina perros y cazadores, llegó su tiempo y es momento de sacudirnos el letargo, de sumar anécdotas y experiencias con un ave que, a buen seguro, nos volverá a exigir el mayor esfuerzo, sacrificio y tesón persiguiendo sus rastros entre encinas, robles, chopos y hayas.
Recuperemos sensaciones y hagámoslo desde el principio, sin prisas, reencontrándonos con esos rincones predilectos que esconde nuestro cazadero, buscando nuevos recovecos querenciosos a los que quizás no prestamos atención en el pasado y por supuesto, reafirmando ese binomio inquebrantable que nos une a nuestro compañero de fatigas.
La incertidumbre de la primera entrada se vive en el monte
Disfruta jornada tras jornada, de la primera a la última, pues aunque nos toque esperar, aunque solo unos pocos privilegiados verán pluma en los compases iniciales de esta temporada de becadas 2020, la incertidumbre de esa primera entrada debemos vivirla en el monte, en la tensión de cuándo llegará la feliz muestra, en el desvelo de la noche anterior y no agazapados detrás un monitor al aguardo de la “señal de alarma”.
La caza es otra cosa y el buen cazador no vive del oportunismo de un “aviso” en redes sociales, pues esto poco o nada tiene en común con la verdadera esencia de un noble arte que nos causa pasión.
Por ello no esperes a que te lo cuenten, ni tampoco percibas jornadas vacías o paseos erráticos entre tanto la Dama acude a su cita, más bien al contrario, el privilegio de sentir el monte, recorrerlo y observarlo, mientras se engalana con sus mejores pieles otoñales, ya es un grato privilegio para aquellos que lo sabemos valorar.
Sé justo con el ave y concédele merecido respeto
La sorda es un ave de una grandeza mística, solo entendible a partir de encontrarnos una y otra vez con ella en el monte, de asumir constantemente el reto de su caza, de superar sus enormes cualidades de supervivencia y de valorar su gran inteligencia para darnos esquinazo en esos instantes en los que ya no parece tener escapatoria.
Justamente por eso debemos evitar caer en la tentación de aquellos lances ventajistas que nos ponen la carne en bandeja, pero que resultan poco satisfactorios y menos honorables.
No te centres en el número de piezas abatidas y si en la calidad de cada situación en la que puedas llegar a medirte con ella. Es esto lo verdaderamente importante.
Pues por salvaje y excepcional, solo lucirá en nuestro morral cuando el lance previo, nos haya requerido el legítimo esfuerzo que requiere su caza.
Una gran ocasión de volver a compartir los valores de la caza
Se inicia la temporada de becadas 2020 y con ella, una nueva oportunidad de transmitir caza, si es que en algún momento habíamos dejado de hacerlo.
Compártela como la vives y no te cortes en mostrar esas grandes experiencias que nos concede el monte.
Siempre con tus perros, pues qué sería de nosotros sin ellos, desde el valor intangible de ese binomio fiel que caracteriza nuestra relación.
Y no olvides rendir el debido respeto a la sorda. Dignifica el sacrificio de su muerte, que por duras, esquivas y salvajes, sin duda lo merecen.
¡Un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.