El verde ha sido el color tradicional de la caza hasta nuestro tiempo, obedeciendo probablemente, a la necesidad de camuflarse y mimetizarse con el entorno, para tratar de pasar inadvertidos ante el ojo alerta de ese animal que acechamos, pero en mí opinión, es una tendencia que debe ir en declive en favor del uso de prendas reflectantes en la caza.
¡Porque lo más importante es la seguridad!
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¡Menos camuflaje y más reflectante!
Durante mucho tiempo el cazador ha vestido de verde en sus diferentes tonalidades, como decía, en ese objetivo de pasar desapercibidos y tratar de mimetizarnos con el medio.
De hecho, es el color que aún protagoniza la mayoría de fotos e instantáneas venatorias.
Y ojo, que a mí es el que más me gusta, no sé si por inercia o por tradición.
Pero también soy consciente de que debemos evolucionar, priorizar en la seguridad y darnos cuenta de la importancia de ver y ser vistos en el campo para evitar accidentes.
Por eso me he convencido y soy el primero que he empezado a utilizar prendas de alta visibilidad que aumenten la garantía de disfrutar de una jornada tranquila y sin altercados en el monte.
El uso de prendas reflectantes en la caza ya es de obligado cumplimiento en algunas provincias.
En mi tierra, sin ir más lejos, el uso de prendas reflectantes en la caza es de obligado cumplimiento desde 2009, por lo que no hay mucho que pensar si quieres evitar ser sancionado.
Pero en Castilla, como en otras regiones del País, aún no tenemos vigente esa normativa, sin embargo, merece la pena ir acompañados esos colores llamativos que delaten nuestra posición.
Sé que hay quien critica esta novedad argumentando que, vistiendo de forma tan llamativa, también seremos mucho más visibles a la atención de Forestales y Guardamontes.
Lo que no entiendo es el fondo de la problemática, pues quien se comporta de forma responsable, no debería tener miedo a ser “entrevistado” por los agentes medioambientales.
En días nublados u oscuros, aún se hace más necesario ser visible.
Como becadero, cazando en entornos muy cerrados y de escasa visibilidad, son muchos los lances en que me cuesta fijar la ubicación de mi compañero y ese hándicap, a la hora de percutir el gatillo, puede resultar fatal.
Sin embargo, un simple chaleco naranja reflectante se hace mucho más evidente, por el contraste, a través de la espesa vegetación y por extensión, más seguro y proclive a minimizar riesgos.
Y en batidas o monterías, más de lo mismo, por lo que es necesario que nos lo tomemos en serio, ya que de ello depende nuestra seguridad en el monte y la posibilidad de seguir practicando nuestra pasión con suma tranquilidad.
El uso de prendas reflectantes en la caza no influye en la presa
Hay estudios realizados por cazadores en Estados Unidos, a través de los cuales, han podido demostrar que el uso de prendas reflectantes en la caza, no influye en el número de piezas abatidas a lo largo de la temporada.
Y aunque tuviese su impacto, sería mínimo y mucho menos importante que volver a casa sanos y salvos.
Es decir, si permanecemos inmóviles en el puesto o entramos con prudencia y en estricto silencio a ese lance con las becadas, aunque llevemos ropa de alta visibilidad, el ojo y la inteligencia de la pieza que estemos acechando, no tiene la capacidad de identificarnos.
No te limites a unas simples bandas en el chaleco
Mi consejo, para el uso de prendas reflectantes en la caza, es que no te limites a unas simples bandas en el chaleco para cumplir con la Ley.
Vete más allá e incluye todos los elementos de visibilidad que puedas, como la gorra o el propio jersey o polar que llevamos debajo del chaleco.
La seguridad en la caza es clave y hoy día son muchos los fabricantes de ropa cinegética que ya incorporan prendas de este estilo en sus catálogos, por lo que tienes mucho donde elegir.
Aprovecha y pega el cambio… ¡Menos camuflaje y más reflectante!
¡Un abrazo y al monte!
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Amante de la caza y la naturaleza, enamorado del setter inglés y sordero empedernido. Entre encinas, robles y hayas disfruto de cada instante que me ofrece el monte, alejándome cada vez más del lamentable postureo cinegético.